+ Otra de Quevedo
Conveniencias de no usar los ojos, de los oídos, y de la lengua
Oír, Ver y Callar, remedio fuera
En tiempo que la Vista y el Oído
Y la Lengua pudieran ser sentido,
Y no delito que ofender pudiera.
Hoy, sordos los remeros con la cera,
Golfo navegaré que (encanecido
De huesos, no de espumas) con bramido
Sepulta a quien oyó Voz lisonjera.
Sin ser oído y sin oír, ociosos
Ojos y orejas, viviré olvidado
Del ceño de los hombres poderosos.
Si es delito saber quién ha pecado,
Los vicios escudriñen los curiosos:
Y viva yo Ignorante, e Ignorado.
Por Prevost