+ Ahhhhhhhhhhhhhhh
Scene 34
KNIGHT: There! Look!
LAUNCELOT: What does it say?
GALAHAD: What language is that?
ARTHUR: Brother Maynard, you're our scholar!
MAYNARD: It's Aramaic!
GALAHAD: Of course! Joseph of Aramathea!
LAUNCELOT: Course!
KNIGHT: What does it say?
MAYNARD: It reads, 'Here may be found the last words of Joseph of
Aramathea. He who is valiant and pure of spirit may find the Holy Grail
in the Castle of uuggggggh'.
ARTHUR: What?
MAYNARD: '... the Castle of uuggggggh'.
BEDEMIR: What is that?
MAYNARD: He must have died while carving it.
LAUNCELOT: Oh, come on!
MAYNARD: Well, that's what it says.
ARTHUR: Look, if he was dying, he wouldn't bother to carve 'aaggggh'.
He'd just say it!
MAYNARD: Well, that's what's carved in the rock!
GALAHAD: Perhaps he was dictating.
ARTHUR: Oh, shut up. Well, does it say anything else?
MAYNARD: No. Just, 'uuggggggh'.
LAUNCELOT: Aauuggghhh.
KNIGHT: Aaauggh.
BEDEMIR: You don't suppose he meant the Camauuuugh?
KNIGHT: Where's that?
BEDEMIR: France, I think.
LAUNCELOT: Isn't there a Saint Aauuuves in Cornwall?
ARTHUR: No, that's Saint Ives.
LAUNCELOT: Oh, yes. Saint Iiiives.
SEVERAL: Iiiiives.
BEDEMIR: Oooohoohohooo!
LAUNCELOT: No, no, aauuuuugh, at the back of the throat. Aauuugh.
BEDEMIR: No, no, no, oooooooh, in surprise and alarm.
LAUNCELOT: Oh, you mean sort of a aaaagh!
BEDEMIR: Yes, but I-- Aaaaagh!
KNIGHT: Oooh!
KNIGHT: Oh, no!
[roar]
MAYNARD: It's the legendary Black Beast of aaauuugh!
ARTHUR: Run away!
ALL: Run away! Run away!
[roar]
NARRATOR: As the horrendous Black Beast lunged forward, escape
for Arthur and his knights seemed hopeless. When, suddenly, the
animator suffered a fatal heart attack. [ulk] The cartoon peril
was no more. The Quest for the Holy Grail could continue.
Por Prevost
Yo entiendo algo de toros y he visto bastantes corridas. Con el tiempo, llegué a la conclusión de que es indigno divertirse a costa del sufrimiento de un animal. Y ahora me parece bien que se supriman.
Pero dicho ésto, considero más primordial suprimir las fiestas populares donde se divierten a costa de toros de fuego y otras barbaridades y cutreces por el estilo, porque eso es puro salvajismo, donde no existe la mínima regulación como sí existe al menos en las corridas.
Mi desprecio por tanto a ese parlamento catalán que prohíbe las corridas pero no dice ni mú de esas fiestas populares cutres y salvajes, impropias de gente civilizada.
Eso demuestra el mero empleo de las corridas como maniobra política de enfrentamiento a un supuesto signo de identidad española, cosa falsa, por otro lado, porque los toros han sido tan habituales en la Monumental de Barcelona como en las Ventas de Madrid, por poner un ejemplo.
Maniobra política hábil, por cierto, porque saben que hay amplias capas sociales que rechazan el maltrato a los animales como diversión y que entre ellas hay gentes de derechas, de izquierdas y mediopensionistas, con lo que producen enfrentamientos internos en el PP y en el PSOE, que es su objetivo.