+ Banderas de nuestros padres

No recuerdo ayer el tertuliano de qué programa -no se trata de ese cretinismo corporativo tan de moda, ¡que no me acuerdo!- si de Intereconomía o Esradio, canales que junto con cnn+ y tve24h me sustentan actualmente, se mofaba de la bandera republicana aparecida en el acto de exaltación totalitaria promovida por los sindicatos y Berzosa en la Complutense. Que el escudo republicano tiene corona... En realidad el escudo de la bandera republicana está coronado, pero no es el de la monarquía porque si no me falla la vista se trata de castillos y no coronas monárquicas. Véase a, b o c.

Esta peña sin embargo debería coronar sus enseñas ora con iglesias ardiendo, ora mejor con la almendra mística pero mutando a Jesu Cristo por Cándido Méndez o Largo Caballero, ya que para ellos el sustento de la Democracia no es el Estado de derecho. ¿Democracia constitucional? ¡No por Dios! ¡O por Stalin! Un juez no está sometido a la Ley, sino al designio popular, no al de Mariano, sino al del Pueblo, porque una Ley nunca debe entorpecer el deseo Totalitario, porque una ley nunca puede entorpecer la labor de Garzón, siendo irrelevante si se le imputa por prevaricación o cohecho. ¿Prevarica un juez? Si su fin es promover el cainismo, nunca, entonces esa Ley molesta, sobra. Que llegue Chávez y diga eso de "confísquese".

¿Sabéis? No soy pesimista, más bien necrófilo. Dentro de unos años irán cayendo de viejos, uno por uno, todos esos que promueven el Totalitarismo, que nolstálgicos añoran los tiempos en que el enemigo podía ser aplastado y no discutido, y entonces, casi sin darnos cuenta, veremos cómo nos ha quedado una sociedad tranquila y pacífica precisamente a los hijos y nietos de los que ahora tienen más de 50 años. Y seguirán existiendo berracos que desean iglesias y curas quemados o rojos en el paredón, pero ya serán tan pocos e inofensivos como un simple estornudo.

De hecho entonces ya podremos quitar la corona de la bandera bicolor y situar sobre ella un enorme moco en homenaje a todos los que desearon la perpetuación de la guerra civil entre los españoles.




Por Prevost