+ Hoy miro al cielo: Necesito distraerme
Hoy miro al Cielo. Necesito este año muchas cosas, bueno, ¡tantas cosas!. Pero este curso requiero me toque la quiniela, el Real Madrid me mate de alegrías, que la Navidad llegue incluso antes de que la inaugure el Corte inglés, buenas notas y mejor trabajo, que el Destino me proporcione moza simpática, guapa, y paciente, y que gane al mus cuando toque, que incluso consiga dejar el maldito tabaco con sus malditos impuestos.
Son muchas cosas, pero sólo así este blog, es decir, la extrapolación de lo que siento y opino, será más amable y variopinto. Podré tomármelo todo con calma, sin miedos, comezones, sin deprimirme. Porque ya sabéis cómo andan las cosas. Los de mi cuerda ideológica sufrís conmigo la hemorroide cotidiana, los de izquierdas pensáis lo de siempre; "este derechón pedante y surrealista está más llorón que nunca!!" y los despistados que de casualidad acabáis leyéndome, no entendéis nada. Respecto a estos últimos, mis saludos al ministerio de telecomunicaciones cubano. Tranquilos, que no me chivo al Coma-andante Castro. A mí también me cae mal.
Mal día para escuchar el mother love de Queen, por aquellos tiempos del Made in heaven, Fredie Mercury ya casi tocaba el limbo, y eso se nota, y lo sientes.
Y hoy sí es un buén día para rescatar uno de mis montajes preferidos, cuando el nazionalismo se come nuestra Democracia. Ahora sí podríamos realizar un estudio sociológico para ver qué sentían los germánicos allá por los años 30 (los que algo sintieran, porque como hoy, no todos, no todos), cuando en el final del largo proceso degenerativo de su sociedad se daba comienzo a la "Gran" Alemania. Esto suena a película, pero cuando nos pregunten dentro de unos años qué hicimos nosotros por salvar nuestra Constitución, que al menos unos pocos no tengamos que agachar la cabeza, por favor:
Mañana, o esta tarde, quién sabe, cambio de tercio.
Por Prevost