+ La fábula de Sarkozy y Zapatero en Chad
Érase una vez un presidente de Francia cuyos ciudadanos sufrían injusticia en otro país llamado El Chad. Junto a ellos unos cuantos españoles. Nicolás telefoneó al de la Monloca. Mon amour, qué hacemos. Talante, respondió aquel. Pobres españoles, se dijo Sarkozy.
Así que presto marchó hacia el Chad y con su Jet a gabachos y azafatas españolas rescató. Como buen caballero a su casa las trajo y en Torrejón aterrizó.
Érase a la vez, otro presidente que en la poltrona sin mover un dedo quedó, y a la puerta del avión con una sonrisa los esperó.
Fin.
Vídeo de El País.
Foto y link de ABC
Moraleja: Si por desgracia tu gobierno es débil, cuando secuestren a un familiar o amigo, reza porque comparta cautiverio junto con norteamericanos, franceses, británicos o alemanes para que sus respectivos gobiernos te devuelvan a los tuyos.
Pd. Sans-Foy en rima:
Sarkozy ha liberado a las azafatas
y las trae hasta casa, muy caballero...
Moratinos, especie de flan con patas,
corre a hacerse la foto con Zapatero.
Otra vez, ante el mundo, nos ha tocado
regresar con la oreja y el rabo gacho...
Hasta en Chad los negritos nos dan de lado
¡Pero cómo se cuadran ante el gabacho!
Lo verán en Marruecos y en Inglaterra,
y en Estados Unidos y otras naciones
que se acuerdan de sobra del “No a la guerra”.
Sacarán, Zapatero, sus conclusiones,
porque allí no sucumben al grupo PRISA
ni al encanto falsorro de tu sonrisa.
Por Prevost
¡Que vergüenza!. Es la diferencia entre un Presidente que usa aviones para ir de rebajas y otro que los usa para trabajar.