+ Negacionistas libres
Bueno, pues desde hace unas semanas ya pueden ellos y ellas, salir de los foros donde banalizan el horror nazi escondidos bajo nicks mitómanos, ya pueden salir de las guaridas, ya pueden invitar a un congreso de cabezones rapados al negacionista ése al que leyeron cierto día y les cayó de muerte. Ya pueden dar sus nombres que no pasa nada, que desde ahora España no es sólo paraíso de integristas de todo pelaje, también pasa a ser potencial forum para negacionistas del genocidio, ahora libres de todo delito según el Tribunal Constitucional español con el rollo de que "la libertad de expresión es válida también para las ideas que 'contrarían, chocan o inquietan al Estado o a una parte de la población' y no sólo para las inofensivas o indiferentes". Aunque, ojo, no todo van a ser contrariedades, choques o inquietudes: “Justificar” una matanza “seguirá siendo penado”. Para que vean qué detallazo.
Deduzco entonces que pueden ustedes crearse un blog para decir que lo de las cámaras de gas fue una gilipollez y partirse de la risa con la memoria de seis millones de asesinados en la Alemania nazi, pero la llevan clara para estar hasta los huevos de prepotencias regionalistas y decir que hay que empinar el codo con cava murciano, por ejemplo. Y hay más ejemplos.
Resumiendo, que ya toca aplaudir como locos la “libre opinión” de los negacionistas, pisoteando el hecho de que lo suyo no es una opinión sobre un acontecimiento histórico, sino la negación de un genocidio. Porque después de todo qué busca un tío que se pasa el día intentando convencernos de que no hubo un Holocausto. Pues nada sino sembrar la duda y la sospecha, para así, edulcorar la ideología del criminal, recomponer la imagen del genocida, y destrozar y denigrar la de las víctimas. En definitiva y como dice el filósofo, perpetuar el crimen.
¿Conocen la historia del SS que le dice a Primo Levi que no quedará ni un solo judío para dar testimonio y que, si por casualidad quedase alguno, se haría todo lo posible para que su testimonio no fuese creído? ¿Conocen los eufemismos utilizados -evacuación, tratamiento especial, reinstalación en el Este, etcétera- para evitar decir «matanza masiva» y para borrar, por lo tanto, incluso en los discursos, las huellas de lo que se estaba haciendo?
[...]Y, además, está el hecho de que, en este asunto, ya no se trata de verdad y de desmentidos. Porque, a fin de cuentas, ¿qué hay en la cabeza de un negacionista? ¿Cuál es la fuente de esta extraña pasión, que sólo se manifiesta para ofender a los genocidios y nunca para, por ejemplo, negar que la tierra sea redonda o que Mozart sea un músico austríaco? Hay un odio de una calidad sin igual. Una voluntad de ofender tan absoluta que sólo se puede comparar con el odio antisemita o racista. Y lo peor es que todos sabemos que, contra este odio, la verdad se encuentra inerme.
Por Cruzcampo