+ Nuestos amables servidores públicos

Llevamos unos días en que resulta muy difícil disimular la alegría por disponer de unas FCSE a la altura de los impuestos que nos roban. Saber que se está trabajando entre 4 y 6 meses al año para financiar a servidores públicos de tan alto nivel nos llena de alegría y orgullo, entre otras cosas. Así que quiero compartir con los lectores de este blog las noticias de la heroicidad de los servidores públicos en el cumplimiento de la Ley.

Esta es reciente, por lo visto una vez acabada la dictadura del PNV en vascongadas nos vamos enterando de porqué la policía autonómica no actuaba contra ETA:

Respecto a la denuncia realizada por varios ertzainas sobre la existencia, en la pasada legislatura vasca, de órdenes directas para no actuar contra ETA por parte de manos policiales, aseguró no tener "pruebas" de la veracidad de tales afirmaciones. Además, reclamó que, en caso de que esto sea cierto, los ertzainas lo denuncien ante el Departamento de Interior.

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¿A que resulta increíble que un número elevado de funcionarios prefiera cumplir órdenes de viva voz de sus superiores antes que las leyes y los mandatos constitucionales? Ciertamente inconcebible.

La segunda es aún mejor y evidencia qué pasa cuando se da el monopolio de la violencia a parásitos y se concede a otros parásitos la capacidad de verificar que se ejerce conforme manda la ley. Un poquito de memoria histórica:

La estremecedora secuencia de cuatro policías apaleando a un ciudadano es realmente sobrecogedora, y todo por encararse con ellos, quizá les llamó "hijos de carod"... Ahora otro funcionario ha decidido que tienen que pagar una multa de 600 euros por apalizar a un ciudadano al que, en teoría, servían a puñetazos y patadas.

la Audiencia Provincial absuelve a tres agentes de los delitos contra la integridad moral y falsedad documental de los que les acusaba la Fiscalía, que pedía para ellos cinco años y nueve meses de cárcel, y de todos los cargos al cuarto, el cabo José David L. El fallo fija multas de 600 euros para cada uno de los tres condenados por sendas faltas de lesiones y les obliga a indemnizar a la víctima con 1.610 euros.

El tribunal cree que los agentes se «extralimitaron en el uso de la reducción e inmovilización» del detenido, que resultó con lesiones leves, pero descarta que le dispensaran un trato «vejatorio»; y recalca que éste «se hallaba preso de una gran agresividad» y agredió a los agentes.

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Pues nada, ya podemos dormir tranquilos, porque careciendo de medios para defendernos estamos en manos de parásitos capaces y equilibrados que, a su vez, son controlados por otros parásitos tan llenos de sentido común que en cada sentencia desentierran a Ulpiano. Cada día que pasa se encuentran más evidencias sobre el monopolio de la violencia estatal, del Juez Tirado mejor no hablamos.

Por Maestre de Campo