+ ¿Sanidad pública? No, gracias.
Pese a que los ecoprogres se empeñan en arremeter contra las centrales nucleares los españoles tienen claro, muy claro, que la sanidad privada es mucho mejor que la sanidad colectiva.
En cuanto a su comparación con la pública, la privada saca ya ventaja. Allí donde aquella tradicionalmente ganaba, ésta obtiene mejores resultados: en equipamiento diagnóstico (77% frente a 73,6%), en calidad de los tratamientos complicados (67,8% frente a 66% de la pública), en formación de los médicos y el personal sanitario (82,5%) y en recursos disponibles en los centros sanitarios (70,5% frente a 47,9%). El servicio peor valorado de la privada es el coste de los medicamentos. En la pública, el tiempo de espera para operaciones
Fuente
Los datos están sacados de un estudio de la Caixa sobre la sanidad -hay que ser picajoso- que evidencia, precísamente, que un número creciente de españoles están intentando huir de una sanidad pública regida por funcionarios que más que sanidad parece un matadero.
Una de las cosas más relevantes del estudio, quizá porque evidencia hasta qué punto es percibido el robo inhumano del Estado en esta cuestión, es que los sujetos del estudio creen (79%) que las aportaciones a los seguros de sanidad deberían desgravar en Hacienda. Esto es: Que los españoles no deberían pagar una sanidad obsoleta, corrupta, y que no quieren.
El único argumento para sostener la sanidad pública es qué hacer con los millones de parásitos de un ministerio de inspiración stalinista que sobrepasa, con mucho, la función asignada que no llegó a cumplir nunca.
Una de las cosas más relevantes del estudio, quizá porque evidencia hasta qué punto es percibido el robo inhumano del Estado en esta cuestión, es que los sujetos del estudio creen (79%) que las aportaciones a los seguros de sanidad deberían desgravar en Hacienda. Esto es: Que los españoles no deberían pagar una sanidad obsoleta, corrupta, y que no quieren.
El único argumento para sostener la sanidad pública es qué hacer con los millones de parásitos de un ministerio de inspiración stalinista que sobrepasa, con mucho, la función asignada que no llegó a cumplir nunca.
Es importante abrir un debate serio sobre la conveniencia de prorrogar un sistema sanitario oneroso e ineficaz, mal valorado por la competencia con el sector privado, y que es impuesto a través de la fuerza a quienes no solo no lo quieren sino que pueden permitirse no caer en sus garras.
Por Maestre de Campo