+ La derecha ante el espejo
Además, lo que era un desierto ha pasado a ser una de las avenidas más concurridas y ruidosas del mundo. Los españoles, además, no suelen ser particularmente aficionados al silencio. Son, eso sí, proclives al sentimentalismo, y por ahí los actuales dirigentes de la derecha encontrarán todavía algún filón que explotar.
Pero en general lo que hoy conforma la opinión pública –la red, los blogs, las tertulias, las nuevas televisiones, los periódicos digitales y los tradicionales– está poblado de nuevas voces, de una multitud innumerable de gente que después de cuatro años de movilizaciones, cuando le ha cogido el gusto a hablar y a intervenir, no parece dispuesta a callarse.
La política, hoy, ya no se hace sólo en los despachos de una determinada planta de la calle Génova. Quienes no lo hayan comprendido podrán mantener su posición durante algún tiempo. Pero más temprano que tarde tendrán que enfrentarse a esta nueva realidad que les puede estallar en la cara o darles la espalda para siempre.
Seguid leyendo La derecha ante el espejo de Marco aquí.
Evidentemente, el armario si se abre, no se cierra. Me cabrean algunos amigos que en momentos que ellos creen de crisis en el PP -por el mero hecho de que ha lugar a opiniones y sugerencias, toca ahora, amigos- se cierren en banda en una postura "oficialista" insufrible aferrándose a líneas de debate (negación y consigna) que luego olvidan cuando estamos a mitad de legislatura.
No, el tejido social existe, la rebelión cívica no era sólo pancarta, sino renacimiento del ciudadano, su activación gracias al megáfono de la multitud y nuevas herramientas como la participación y voz en foros, blogs de internet.
Y los tiempos en política son primordiales, no debería olvidarse que las pequeñas revoluciones, que es en lo que creemos los conservadores frente a los cambios abruptos que defienden otros, deben darse en el momento idóneo, y es ahora, a tres años vista de las siguientes elecciones de importancia, las municipales/autonómicas.
Si no creemos en los saltos al vacío que propicia la izquierda, pero nos cerramos también a los pequeños pero importantes saltos que pueden darse de vez en cuando, estamos acabados.
Cosa que no creo suceda, y por eso ando más optimista que los socialistas vascos cuando se reunieron con ETA este uno de Marzo.
Por Prevost