+ Bardem y sus invisibles
El recién nombrado candidato a los prestigiosos Premios Critics Choice y uno de los actores españoles más valorados en Hollywood, Javier Bardem, afirmó en el día de ayer que Tony Blair, George W. Bush, y José María Aznar, deberían ser juzgados por crímenes de guerra.
Con esos galardones que ensalzan desde el medio de Sopena -mini Pradva- como una pretendida base moral o cultural, no sólo presuponemos la inmensa sapiencia política de Javierito Bardem, sino que le aupan al estrado de los grandes sabios del planeta, lanzando esta diatriba desde la mismísima Cuba, en el mismísimo Gramma, ese periódico que califica de guerrillero a todo hambriento cubano que pretende irse corriendo a los EEUU o rebotarse contra la dictadura.
Una vez más queda demostrada su hipócrita condición (recordemos se hizo hueco en Hollywood gracias a su interpretación de Reynaldo Arenas, el poeta homosexual represaliado por la Cuba de Fidel Castro ) al cargar contra tres presidentes de gobierno electos en democracias constitucionales con la ayuda de un régimen sangriento como el de la caribeña.
Presentaba cinco historias en una película patrocinada por Médicos sin Fronteras que ha él ha producido, y que evidentemente desvirtúa al usar dicha causa justa para hacer política que no ha de ver, y precisamente untando la misma, con la sangre de los cubanos asesinados o torturados, entre ellos Reynaldo.
Se llama invisibles, y sí, amigos de Médicos sin fronteras, vuestro dinero ha ido a parar a un mezquino señor cuya gloria no acaba en su profundo odio hacia las libertades o el contrario ideológico, sino para el que no sólo son invisibles los pobres europeos o africanos, sino todos los pobres que viven bajo regímenes totalitarios sin esperanza de libertad, pan o progreso.
Por Prevost