+ Descodificando a un farsante (más bilis y dr Montes)
Si ayer os contaba cómo el rojo y amarillo de luto provocó en kiki de Noche pija un incontrolabe deseo de medrar en la mofa con las muertes de los soldados españoles, otro que no se ha hecho esperar es Javier Pérez de Albéniz. Cachondo imitador de House al que he defendido muchas veces pensando -ingenuo de mí- que no era progre, a lo más un poco excéntrico y procaz, pero el paso de los posts me ha hecho retroceder...
Sí, Tiomilio and cia, admito mi culpa: ¡ penitenciagite, penitenciagite !
Tras el café con mala leche se ve no tenía temas para bloguear y decide hablar de la canción del verano. Final con sorpresa el de su escrito en un día como hoy:
El himno nacional. Tal y como está de tranquilito el mundo, y teniendo en cuenta que España también es una balsa de aceite, resulta muy lógico y oportuno que tanto la élite política como la ciudadanía dediquen sus pensamientos y sus esfuerzos a la búsqueda de una letra para nuestro himno nacional. De esa manera, con cuatro rimas más o menos afortunadas, se cerraría el círculo del tema perfecto, atemporal, eterno.
Me gustaría aportar mi granito de arena a esta cruzada por aumentar la grandeza de la patria. Propongo utilizar la traducción del clásico de George Brassens 'La mala reputación'.
Cuando la fiesta nacional
Yo me quedo en la cama igual
Que la música militar
Nunca me supo levantar.
En el mundo no hay mayor pecado
Que el de no seguir al abanderado
No, a la gente no gusta que
Uno tenga su propia fe.
(Estribillo)
Yo no pienso hacer ningún daño
Queriendo vivir fuera del rebaño.
Gracias Javier por hacer de la muerte mercadeo barato que de seguro también te traerá posicionamiento en Google. ¿Por qué no solicitas a Pedro J un negro que te proporcione temas para rellenar el blog y así no te enfangas tanto? Supongo será una combinación de tu acostumbrado uso provocador y cómo no, el marcapasos del inconsciente progre. ¡Cuánto zombie programado hay en esta loca patria! Pero tranquilo, que en cada casa tienen lo suyo y yo soy un masoca que te seguirá leyendo.
Aunque no siempre me provoques ese sarpullido que buscas, sino la más dulce hilaridad. LLevo más de diez minutos relamiéndome porque me aposté conmigo mismo a que manipularías la sentencia del caso Montes y las muertes en el Severo Ochoa en menos de una semana como han hecho otros tantos. ¿Fallar tú? ¡¡Cómo!! Atentos al maquillaje en Rigor Mortis:
Para terminar, una sugerencia para La Sexta: repongan el excelente documental 'El Severo me duele', ahora de completa actualidad. Sólo tendrían que añadirle, a modo de epílogo, unas líneas escritas con letras blancas sobre fondo negro: "El pasado día 22 de junio el juzgado número 7 de Leganés archivó el caso presentado por la Consejería de Sanidad de Madrid sin imputar a los médicos del Hospital Severo Ochoa". Según el juez, "no se puede asegurar que el fallecimiento deviniera por los fármacos prescritos" y "los médicos creían, en todo caso, obrar lícitamente".
Porque en la sentencia, amigo mío, se afirma no se puede demostrar concretamente el que los fallecidos en el dulce y compasivo regazo del doctor Montes lo hubieran sido por su acción directa, pero SÍ que este doctor y su equipo habían llevado a cabo una mala práxis médica, una negligente -o diligente sin consentimiento de los mismos, vete tú a saber- sedación de los pacientes. Es por lo tanto una sentencia que avala las decisiones del Consejero Lamela y deslegitima todas vuestras Mentiras.
En todo caso, es patente la gran contradicción de todos estos plumillas y afiliados del PCE -Simancas se retiró del agit prop anti Sanidad de la CAM a tiempo- que han defendido una indefendible buena práxis del doctor Montes pero a la vez plañían por una muerte digna, lo que implicaba una acción consciente de dicho doctor y su equipo para provocar la eutanasia de los fallecidos según sus propias denuncias y aspavientos en las ondas...
¿En qué quedamos? Porque si la sentencia dice que no puede verificar el que el doctor Montes matara a nadie con sus demostradas negligencias -mala práxis- ya no puede ser ese adalid de la muerte digna que utilizabais de acicate contra Esperanza Aguirre. Pero es que tampoco se han privatizado el Severo Ochoa ni dañado la imagen de la Sanidad pública, sólo se ha perjudicado el curriculum de unos doctores cuya condena explícita por sus tejemanejes la sentencia acaba de dictar.
Mientras tanto, y en la bancada de enfrente, Esperanza, Lamela, los familiares de los fallecidos en el Severo Ochoa y muchos madrileños asistíamos perplejos a vuestro espectáculo que no era sino otra historia más para ganar unas elecciones que por suerte, habéis perdido: Farsantes.
¿Cuál es tu ídolo, el dr House o el dr Montes? Te veo a dos metros bajo tierra y escribiendo sobre prensa rosa en breve, que sabes -aunque no lo quieras ver ni con vicodina- es lo tuyo, ¡Javier Pérez Albañil!
Por Prevost