+ El tonel sale de la madriguera
Pepe Blanco expresa en su blog su más profundo malestar por el hecho de que Pizarro ocupe un lugar destacado en las listas del Partido Popular. Puedo entender que la decisión de Rajoy haya hecho patinar la escasa neurona que le resta a don Pepiño, lo que no entiendo es la clase de grosería zafia que este sujeto "moderado" y adalid de la "anti-crispación" emite en su escrito.
Acusa a Pizarro de tiburón de los negocios, del capitalismo y mentor económico de Aznar. Para ello hace suyo un lema: ¡Qué horror! Que no vuelvan. Y todo ello enarbolando la bandera catalana de nuevo, a pesar de que Zapatero ya haya dejado claro que no le va mucho eso de las "patrias".
La profesionalización de la política es un grave problema en nuestro país, y símbolo de ello son personajes como don Pepiño o hasta el propio Zapatero. Teniendo en cuenta que vivimos en una sociedad capitalista no entiendo dónde reside el problema del señor Pizarro, abogado del Estado metido a empresario. Ha dirigido cátedras de Derecho Administrativo y ha sido asesor jurídico en la secretaría de Estado de Economía y Hacienda. Consejero de la Administración de la sociedad rectora de la Bolsa de Madrid, presidente de Ibersecurities, de Ibercaja y de la CECA en 1998. Presidente de Endesa y, para colmo, de derechas. Quizá ese es el gran problema que deberán asumir muchos "políticos" a secas, como Pepiño o ZP, o sindicalistas convertidos a secretarios de Estado, como Moraleda.
Para dirigir un país se precisa de gente competente, con ganas y por supuesto con espíritu nacional. El actual Ejecutivo carece de las tres cosas y por eso tienen miedo. Están atemorizados ante una "derechona" que tendrá que volver para solucionar el desaguisado económico ( y ya van 2).
Y un mensaje a don Pepiño. Cuando hable de Cataluña hágalo informándose. Acérquese al departamento que dirige Solbes, ese "dormilón" y compare datos. Por ejemplo. Usted dice que Pizarro ha perjudicado enormemente a los catalanes, pero las cifras cantan:
bajo los gobiernos de Felipe González se invertía en infraestructuras un 7% del PIB nacional, cuando Cataluña representaba un 17% de la población española y un 20% del PIB español.
Desde 1999 a 2004 la situación cambia y las inversiones en Cataluña crecen un 33,32% cada año.
A pesar de lo que se les llena la boca con Cataluña, Zapatero ha incrementado las inversiones en un 2'58%.
Por cierto, en Madrid las inversiones se han incrementado en un 0%
Por Valmont