+ Analizando las políticas económicas I: El gasto público y la riqueza
La semana pasada prometí en un comentario publicar algunas de las conclusiones de un trabajo que estoy haciendo sobre gasto público, endeudamiento, riqueza y paro. Y como lo prometido es deuda, os voy a resumir en unas pocas líneas las conclusiones que, como no podía ser de otra manera, se acercan bastante al liberalismo económico.
En esta primera entrega os analizaré la relación gasto público-riqueza.
Estoy convencido que los keynesianos buscarán las vueltas para tratar de desvirtuar las conclusiones pero para su desgracia las matemáticas son tozudas y los números son los que son.
El liberalismo económico, como ya sabéis, propugna la reducción del gasto público dejando el protagonismo al sector privado para la prestación de servicios a los ciudadanos y a las empresas. El sector público debe de quedar reducido a un mínimo exponente que permita cubrir aquellos servicios donde el sector privado no llegue. El liberalismo no propugna la total desaparición de lo público como algunos están interesados en hacer creer a los ciudadanos.
Los económicos keynesianos afirman que el gasto público es el motor de la economía. También afirman que en momentos de ralentización de la economía o de recesión, la medicina es aumentar el gasto público tirando, si es necesario, de la deuda pública.
Analizando datos facilitados por el propio Instituto Nacional de Estadística y el Ministerio de Economía y Hacienda parece no sustentarse este criterio. Tan sólo basta con comparar el gasto per cápita con el PIB per cápita en cada una de las regiones.
De este modo, teniendo en cuenta el gasto de los presupuestos autonómicos en el año 2007, Extremadura tiene un gasto per cápita de 4.503.-€ y un PIB per cápita de 15.874.-€. Este dato contrasta con la Comunidad Valenciana que tiene un gasto per cápita de 2.634.-€ y un PIB pér cápita de 20.963.-€. Es decir, la Comunidad Valenciana con un gasto per cápita un 58% inferior tiene un PIB per cápita superior (32%)
Junto a Extremadura podríamos poner otras Comunidades como Castilla La Mancha, Andalucía o a Aragón. Al otro lado de la balanza podríamos situar a regiones como Madrid, Islas Baleares o Murcia.
Estos datos podrían ser más sangrantes si añadimos al gasto de las Comunidades Autónomas a través de sus presupuestos, la inversión territorializada del Estado a través de los Presupuestos Generales del Estado. Comunidades como Andalucía o Extremadura son las regiones más beneficiadas en inversión per cápita estatal a lo que hay que añadir que son las mayores beneficiarias de las ayudas europeas.
En conclusión, más gasto público no tiene porque suponer necesariamente más riqueza.
En esta primera entrega os analizaré la relación gasto público-riqueza.
Estoy convencido que los keynesianos buscarán las vueltas para tratar de desvirtuar las conclusiones pero para su desgracia las matemáticas son tozudas y los números son los que son.
El liberalismo económico, como ya sabéis, propugna la reducción del gasto público dejando el protagonismo al sector privado para la prestación de servicios a los ciudadanos y a las empresas. El sector público debe de quedar reducido a un mínimo exponente que permita cubrir aquellos servicios donde el sector privado no llegue. El liberalismo no propugna la total desaparición de lo público como algunos están interesados en hacer creer a los ciudadanos.
Los económicos keynesianos afirman que el gasto público es el motor de la economía. También afirman que en momentos de ralentización de la economía o de recesión, la medicina es aumentar el gasto público tirando, si es necesario, de la deuda pública.
Analizando datos facilitados por el propio Instituto Nacional de Estadística y el Ministerio de Economía y Hacienda parece no sustentarse este criterio. Tan sólo basta con comparar el gasto per cápita con el PIB per cápita en cada una de las regiones.
De este modo, teniendo en cuenta el gasto de los presupuestos autonómicos en el año 2007, Extremadura tiene un gasto per cápita de 4.503.-€ y un PIB per cápita de 15.874.-€. Este dato contrasta con la Comunidad Valenciana que tiene un gasto per cápita de 2.634.-€ y un PIB pér cápita de 20.963.-€. Es decir, la Comunidad Valenciana con un gasto per cápita un 58% inferior tiene un PIB per cápita superior (32%)
Junto a Extremadura podríamos poner otras Comunidades como Castilla La Mancha, Andalucía o a Aragón. Al otro lado de la balanza podríamos situar a regiones como Madrid, Islas Baleares o Murcia.
Estos datos podrían ser más sangrantes si añadimos al gasto de las Comunidades Autónomas a través de sus presupuestos, la inversión territorializada del Estado a través de los Presupuestos Generales del Estado. Comunidades como Andalucía o Extremadura son las regiones más beneficiadas en inversión per cápita estatal a lo que hay que añadir que son las mayores beneficiarias de las ayudas europeas.
En conclusión, más gasto público no tiene porque suponer necesariamente más riqueza.
Por Wolfer