+ Obama: Ni apolíneo, ni texi.
Hoy me hallo citando de nuevo al Hombre que pudo reinar, porque me viene a la mente ese Dios que se hizo carne a la vista de los indígenas por un simple arañazo, por un exiguo rastro de sangre. Los hematíes de Barack Obama afloran consustanciados en canas o su reciente desprecio a los blogs, sendas sorpresas que mantienen estos días entretenida a la prensa e internet norteamericanos.
En el siglo XIX Danny y Peachy no contaban con blogs o asesores tan brillantes como los del Presidente que pudo ser "techie" en el XXI. Su vasto poder económico le hizo controlar a los Media tradicionales y de paso espolear a golpe de talón miles de voluntarios que coparon las redes sociales y pusieron también una pica en la hasta entonces conservadora blogosfera yankee. El resto vino solo. Frente al wise de McCain el guay de Obama, un tipo joven, de pelo inmaculado: Frente a un anciano que venía de la política tradicional un aspirante negro que maneja Blackberry y que comprende la sociedad red.
Barack es el macho alpha de la política moderna, y desea que utilices Facebook, que leas blogs, que hables en ellos de él o su programa, porque comprende la política 2.0 y escucha al ciudadano... Pues va a ser que no.
De repente aparecen canas, ese hecho viene de que ora mentía tiñéndose de joven, ora de sabio calzando el color blanco sobre su moreno pelo. En ambos casos un pequeño fraude, aunque comprendamos dentro del mundo telegénico no sea más que una nimiedad. A mí me parece más grave lo otro, el afirmar repentinamente que "no perdemos mucho tiempo leyendo blogs".
Fue una cinta de cuero bajo la guerrera la que protegió el cuerpo de Danny de ese flechazo, la que hizo creer a los aborígenes que era un Dios por no sangrar y resultar ileso. Obama cuenta con los mejores publicistas, con una legión de asesores tecnológicos, y simplemente ocurre que cuando no tiene encima esa protección es vulnerable, como hemos visto en la entrevista donde sin blackberry ni telepromter se delata afirmando que no creé en lo que hizo creer a sus seguidores.
Nuestro mesías no será apedreado como los aventureros de Kipling, ni lanzado al vacío mientras tararea el yes we can, entre otras cosas porque la política actual es en buena parte trile, pero se vuelve a constatar que todo somos de carne y hueso, incluso Barack.
Por Prevost