+ De la sorpresa al llanto.
La Iglesia Católica tiene un milenario historial de defensa de los derechos humanos y de separación del poder civil de la religión. Por eso me sorprende la respuesta del portavoz de la conferencia episcopal.
Es sorprendente que el Parlamento quiera juzgar al Papa.Fuente
Y luego el blablabla de costumbre. Si me sorprende no es porque monseñor esté sorprendido, a su vez, me sorprende porque monseñor no se entera de nada.
El Parlamento no quiere, ni puede, juzgar a nadie porque en España eso lo hacen, únicamente, los jueces. El Parlamento -incluyendo al PP-, lo que quiere es condenar al Santo Padre, qeu no es lo mismo, monseñor.
En los años cuarenta muchos católicos se sorprendían del avance del socialismo en Alemania o Rusia, pese a que los socialistas tenían muy claro que su misión no era "juzgar" sino "condenar" a los cristianos... Y, por desgracia, rápidamente pasaron de la sorpresa a las lágrimas.
España es un país constitucional, pero con tendencias liberticidas que se manifiestan, precísamente, en la pretensión del parlamento de condenar a un líder religioso que no defiende la violencia ni el terrorismo.
Una de las razones por las que la sorpresa se va y vienen las lágrimas es, precísamente, por la actitud de muchas personas de no defender en los demás los derechos que reclaman para sí mismos. Monseñor podía aplicarse el cuento y percatarse de que la mejor manera de que nadie tenga que derramar lágrimas por él es, precísamente, que identifique y combata a los enemigos de la libertad.
Por Maestre de Campo
Por Maestre de Campo