+ La ignorancia de las víctimas
En los últimos días se está hablando mucho sobre la financiación autonómica, pero nadie habla sobre quienes van a poner el dinero. Es como si no importara de dónde va a salir el dinero... ¿De dónde sale el Gasto Público?
Es una pregunta difícil de responder, en realidad los keynesianos no quieren responderla ni plantearsela. El Gasto Público sale de los impuestos que se roban a todos los ciudadanos. Cada vez que un político está diciendo que va a gastar más, en las autonomías, en las subvenciones a tal industria, en las subvenciones para promocionar el desempleo... Lo que le está diciendo es que le va a robar más dinero del qeu le roba en la actualidad.
El déficit del Gobierno aumenta el riesgo de su deuda. Los mercados internacionales se resisten a prestarle, si no es a tipos de interés más altos. El Gobierno, lógicamente, busca financiación barata, y acude a los bancos y cajas de ahorro nacionales. Les ofrece, es verdad, una rentabilidad muy baja, pero al menos la deuda pública es segura - desde luego, más que buena parte de la deuda privada-, y eso interesa a la banca. Y así se junta el hambre con las ganas de comer: el Gobierno se financia a costa del crédito al sector privado, y el efecto expulsión vuelve a cumplirse.No hay almuerzos gratuitos. Todos queremos que el Gobierno nos dé de comer, sin esperar: la lista de solicitudes es larguísima. Y el Gobierno viene al rescate, con una generosa política de gasto… que está sacando de nuestra propia despensa, con la cooperación de la banca.
Pedirle al gobierno que robe a mi vecino para darme un trabajo, una pensión, unas vacaciones en Ibiza, o un coche, es decirle que nos haga, a todos más pobres porque, del mismo modo que el Gobierno me escucha a mi para robar a mi vecino escuchará a mi vecino qcuando le pida que me robe el trabajo, la pensión, las vacaciones en Ibiza, o el coche, para dárselo a quién a él le pazca más pertinente.
El silencio del contribuyente es el que da la verdadera medida de la mediocridad de quienes están tan obsesionados en robar a sus vecinos que no se dan cuenta de que le están robando a él mismo, y en su propio nombre.