+ Solución al caos sanitario

Corría el año 1993 cuando en la Casa Blanca aposentaba sus reales un demócrata -no por ser partidario del sistema democrático, es el nombre del partido popular en EEUU- con una mujer queno iba a aceptar ser "mujer del presidente" y bregaba para extender el sistema sanitario socialista de EEUU a toda la población, como en Cuba.
En esos momentos Hans Herman-Hoppe escribía un artículo para solucionar el caos sanitario en EEUU, un caos debido, como todos sabemos, a la intervención del gobierno. Sus propuestas eran estas:
1) "Acabar con las restricciones al establecimiento de centros formativos de personal sanitario, especialmente las licencias para abrirlos". Es obvio que esto aumentaría la cantidad del personal sanitario y abarataría los costes de personal de hospitales y centros de salud, también los públicos.
2) ""Acabar con todas las restricciones del gobierno a la producción y venta de productos farmacéuticos y máquinas sanitarias. Este es uno de los mercados más intervenidos en España, y al parecer en EEUU también. Las empresas reduciría mucho sus costes y sus precios sin tener que adapatarse a una legislación absurda agravada por el caos regulatorio consecuencia de una territorialidad mal entendida.
3) "Desregular la industria de seguros sanitarios." La mayoría de casos que conocemos de empresas de seguros que penalizan a sus clientes, o se niegan a aceptarlos, lo hacen con base en unos costes crecientes originados por estas regulaciones, o basándose en la misma regulación. Otro caso más de cómo el gobierno persigue un fin mediante la ley, y consigue exáctaemente el contrario.
4) "Eliminar todos los subsidios de enfermedad y de insalubridad", yo añadiría de incapacidad. Acabar con estos subsidios descargaría la sanidad pública de cientos de miles de personas que exageran sus problemas para cobrar sus subsidios, cuando no acabaría con corruptelas en ayuntamientos y centros sanitarios para conseguir certificados de "inutilidad".

Considerándolo fríamente no hay ninguna de estas medidas que no fuera beneficiosa si se aplicara en España, es más, alguna son imprescindibles si queremos seguir teniendo un coste elevado de nuestro sistema sanitario socialista. Digo elevado porque lo es, pero va a seguir creciendo -lo que se regala se desprecia- dado que la demanda de un bien, o servicio, que se cree gratuita tiende al infinito; lo que significará un coste mayor.

En Sanidad suena muy bien apostar por incrementar los costes indefinidamente, sin tope y sin tener en cuenta quienes sufren las consencuencias. Pero el gasto sanitario tiene dos problemas, el primero que hay un tope a partir del cual el incremento del gasto no supone una mejora del sistema sanitario, y otro que la administración pública supone una pérdida importante de eficacia y de recursos sanitarios.

Abrir un debate sanitario en estos momentos no es únicamente pertinente, el gasto sanitario es uno de las partidas más importantes del gasto de la administración territorial en España, es que también es una tarea de sentido común, acabar con la picadora de carne, o por lo menos evitar su obligatoriedad es un acto de caridad.

Actualización: Valin sobre el mismo asunto, imprescindible.
Albert Esplugas también sobre el mismo tema.

Por Maestre de Campo