Sí, voy a hacer una segunda parte, pero qué conste que carezco de ganas. Casi me duermo a la mitad de la entrevista y no ha habido dosis de cafeína suficiente para evitar mis bostezos. Al menos, nadie nos quitará el ser irónicos, ni el sonreir al leer algunas sandeces. El
Diario El Mundo en su edición impresa regala cada día a sus lectores una cita, y hoy ha tenido el tino de elegir algo tan carente de malas pulgas como ésta:
Incluso la paz se puede comprar a un precio demasiado alto (Benjamin Franklin). Me imagino que habrá sido un regalo para
ZP, a ver si se indigestaba nada más abrir la primera página del periódico.
En este segundo somnífero, la casi totalidad de la entrevista trata sobre el tema del concepto de nación y todo lo derivado de los nacionalismos. Como en España sólo hay vascos y catalanes, es primordial que únicamente se traten y aborden sus problemas. A los demás, que se nos dé por ahí un rato, total, somos ciudadanos de segunda en todo derecho. Sólo servimos para pagar impuestos.
P.- Ya le veo venir. Me va a decir usted lo mismo que con la ley de los matrimonios R.- ¡Me ha cazado! Sí, ése es mi pronóstico: el PP llegará al matrimonio con el Estatuto de Cataluña, al igual que ha llegado a aceptar y a no cuestionar la ley del matrimonio homosexual.
ZP, sigue vendiéndonos la moto que todos aquéllos que no estamos conformes con la desvertebración del país, que no toleramos que España sea un conjunto de naciones, somos personas que no estamos de acuerdo con los cánones del progreso y seguimos anclados en un pasado. No obstante, la casi totalidad de paises de Europa y América siguen anclados en ese pasado de concepto de nación, será que tal vez no sea tan raro pensar así.
P.- ¿Cree que Andalucía es una «realidad nacional» como dice la ponencia de reforma de su Estatuto, o considera que eso es «una broma» como, según Guerra, opina el 99% de los andaluces? R.- Andalucía es una nacionalidad. La Constitución habla de nacionalidades y regiones. ¿Qué evoca el concepto de nacionalidad? Evoca una realidad nacional, una identidad nacional.
ZP está de acuerdo con esos trolletes que de vez en cuando entran en los foros de internet hablándonos sobre la historia de la nación andaluza. Sólo le falta renombrarla, llamarla Al-Andalus y dejar que los andaluces compartan soberanía con Mojamé. Así llueve a gusto de todos.
P.- ¿De verdad cree usted que la Constitución estableció ese término para reflejar una «realidad nacional» y una «identidad nacional»?
R.- Me remito a los padres fundadores. Sería bueno tener una conversación a fondo con Gregorio Peces-Barba, que fue determinante en el uso y emergencia de ese término. También con Jordi Solé Tura
P.- O con Pérez Llorca, o con Gabriel Cisneros, o con Manuel Fraga
R.- Es que Fraga no votó el Título VIII. Simplemente le hago una reflexión: las dos fuerzas que han elaborado el pacto final sobre el Estatuto han sido el PSOE y CiU, dos fuerzas decisivas para elaborar la Constitución y para su defensa y vigencia durante estos 30 años. En cambio las que no han apoyado hasta ahora el Estatuto son Esquerra Republicana y el Partido Popular, que es heredero de aquella Alianza Popular
Ésta es mi buena. ZP niega que las fuerzas de centro-derecha tuvieran influencia alguna en la redacción de la Carta Magna de 1978, dándole así todo el protagonismo y mérito a su íntimo amigo, defensor de etarras, Gregoria Peces Barba, y al radicalete de Solé Tura. Es una buena falacia esta afirmación, una falacia de las que otorgan muchos puntos en el ranking de mentirosos, lo malo es que nos la quiera hacer creer como el cielo es azul y el agua moja.
P.- ¿Le parece aceptable que no exista ningún colegio público de Cataluña en el que exista la posibilidad de estudiar en castellano?
R.- Lo que me parece sorprendente es que este debate sólo haya surgido con el Estatuto catalán.
O sea, que le importa un comino que se haya creado en Cataluña una generación que no sepan ni hablar, ni escribir correctamente el español, ni que los padres tengan que pedir que sus hijos puedan estudiar en castellano. Como veis, a Zapatero determinadas cosas le importan cero, más si no le garantizan aferrarse al poder o si se refiere a los valores básicos de España, como en el caso del idioma.
P.- ¿Propondrá usted en las próximas semanas o meses algún acercamiento de presos? R.- No está en la agenda. Ni siquiera está pensado. No digo que no se pueda producir pero en este momento estamos sólo en la verificación.
No lo niega, el acercamiento de presos puede ser una realidad en un futuro. Lo malo es que nos quiere vender la moto de que no lo ha pensado. Más cinismo y demagogia barata.
R.- Otegi se nos presenta como líder de la izquierda abertzale, que representa a unas 150.000 personas. ¿En qué operación estamos? En la de ver si es posible que ese sector acepte las reglas democráticas.Tenemos dos opciones: o no creer que sea posible o estimular que eso se produzca. Nadie dudará de qué lado me voy a poner yo. Ojo, siempre dentro de la ley, con la ley y a través de la ley.
P.- Esta sí que es una de las diferencias con el ya ex ministro Bono porque él decía que lo que le gustaría hacer con Otegi es mandarle la Guardia Civil...
R.- No creo que dijera eso... P.- Está en las hemerotecas.
Cuando se refiere a Otegui, no niega la posibilidad de que éste incluso en un futuro pueda entrar en la Moncloa como líder de no sé cuánta peña que está a favor del asesinato, extorsión y utilización de métodos mafiosos para conseguir la independencia del País Vasco. Se muestra el nulo respeto que Zapatero tiene por las víctimas, tanto los que están en las tumbas, como por los más de 300.000 personas que han tenido que emigrar de esas tierras por miedo a aparecer muerto al día siguiente.
Ya para terminar, siento decir, que al acabar de leerla sólo he podido sacar una conclusión: el resto de españoles importamos un pimiento. Es así de claro, mientras los madrileños, leoneses, murcianos, manchegos, aragoneses, y resto de españoles nos levantamos día a día pendiente de nuestros problemas cotidianos, los políticos nacionales únicamente se preocupan de lo acontecido en dos regiones de nuestra geografía nacional.
Sabíamos que había ciudadanos de primera y de segunda, pero en esta entrevista queda patente, que la única manera de hacer política que tienen algunos es ocupándose de unos pocos intransigentes que se creen con una serie de privilegios históricos porqué sí, e ignorando las necesidades de más de treinta millones de personas que lo único que deseamos es que España siga siendo una nación, que este país no se vaya al garete, y que independientemente de donde residamos, todos seamos iguales.
Se ve que con ZP esta igualdad se nos niega. Tampoco es que sea un descubrimiento, pero es lo que hay. Qué pena.
Por Chesk
