+ Economía Rosa (Braun en ABC)
Carlos Rodríguez Braun se escueta las mangas, afila su colmillo y sin compasión calza sus botas sobre la mesa de la ex Regás, todo un lujo:
Descansemos por una vez de mercados y autoridades económicas, y saludemos a Rosa Regás. Esta amiga de Chávez y enemiga de los mapas ha sido destituida y se ha quejado del trato que le ha dispensado este diario, que en realidad sólo le ha hecho justicia, igual que haré yo a continuación con una reflexión económica suya.
Según ella, el PP se opone a la Educación para la Ciudadanía «porque no quiere ciudadanos, sólo quiere clientes... pero el que es solamente cliente no puede ser ciudadano, porque el ciudadano es una persona que tiene criterio, que piensa. El cliente está abocado únicamente a la compra. Ellos quieren súbditos».
Este contraste cliente/malo y ciudadano/bueno revela totalitarismo. Dice doña Rosa: si estamos en el mercado, si somos «sólo» clientes, no tenemos criterio, no pensamos, nos limitamos a comprar estúpidamente. No somos libres, sino súbditos. Sólo dejamos de ser súbditos cuando salimos del mercado.
Y ahora veamos lo que son los clientes de verdad. Usted, señora, que es clienta, que compra, ¿acaso es idiota, como sugiere Regás? Claro que no. Usted tiene criterio y la ilustre literata se ha equivocado.
Demostrado que no es usted tonta de capirote al ser clienta, preguntémonos ¿qué cosa es un cliente, además de no ser bobo? Pues es algo importante, que los llamados progresistas jamás consideran ni aprecian. Es libre. Eso somos los clientes: nos definimos porque compramos si queremos, y si no, no.
Uno puede elegir no comprar determinada mercancía, pero uno no puede elegir no estudiar Educación para la Ciudadanía, igual que no pagar impuestos. Un cliente nunca es un súbdito; un contribuyente siempre lo es. ¡Y la señora Regás afirma que los súbditos son los que pueden elegir!
La economía de doña Rosa Regás, por tanto, se basa en el rechazo a las personas libres, que son los clientes, y el aplauso a unos «ciudadanos» que, en lógica contraposición, no son libres.
Hablando esta semana de rosas y de libertad, Rosa por Rosa, la prefiero Díez.
Economía Rosa
Por Prevost