+ Jose Antonio Marina, mi salvador
El otro día me encuentro de frente con Marina, el del modernismo, postmodernismo y gaitas varias que tanto había leído en la adolescencia. No en frente, sino en 59 segundos, durante los anuncios de 11s El origen. Discutían sobre Educación para la ciudadanía tiranía.
En eso que salta y llegó al cogollo de la cuestión casi al final, diciendo algo así como que los padres no son capaces de educar a los niños, y como los niños lo primero, el estado debía educarlos y ahí el sentido de esta asignatura. Hablaba no de matemáticas y literatura, sino ética, moral, civismo, etc...
Si usara bragas se me hubieran caido en ese mismo instante. ¿Cuántos de nosotros de haber vivido durante el franquismo hubiéramos apoyado la educación Nacional del régimen por el bien común de nuestros hijos? No miento, seguramente muchos y hasta yo mismo porque existía el Pensamiento único y unos sabios que organizaban la vida de todos sin remedio. Demos gracias pues a la Democracia por haber nacido libres y poder darnos cuenta de que el ansia de control y búsqueda de la felicidad colectiva de muchos humanos no puede ocultarse ahora entre neblinas ante nuestros ojos.
El homo-lapa no entiende de ideologías y siempre estará a la vuelta de la esquina para recortar libertades y absorver no sólo tus propiedades, sino la felicidad y la de tus hijos, adjetivada en una cartulina, un número de serie impreso por el establishment y marcado a fuego en esta época ya no por el Ejjjpaña Grande y Libre, sino por Talante Grande Libre.
No creáis me costó volver a la peli, mentalmente, que recordé nuevamente ese capítulo de los Simpsons en el que el pueblo encarga el gobierno del lugar a un comité de sabios integrado por el científico, el friki, Lisa, etc... Acaba siendo un desastre por las peregrinas ideas de cada uno, la supresión de derechos y recorte de libertades, redundando que es gerundio. En resumen, ¿para qué una educación que forme a tu prole para desenvolverse en la vida si el Estado y sus sabios y filósofos han decidido que obligan a tu hijo no a estudiar sino a formarse en no sé qué? Pues apaga y vámonos, la mejor forma de completar el plan es quitar la tutela a los 44 millones de españoles y llevarlos a psiquiátricos en los que Marina, Carod y Pepinho nos incuben por nuestro bien.
Pues apaga y vámonos, digo, comprendería hoy no sólo la objeción de conciencia sino muchas más cosas, entre ellas educar al crío con tutores o sacarlo del país. Vamos, es que hasta entiendería que Arrabal se sacase la pilila en medio de 59 segundos y eyaculara milenariamente, sólo para demostrarles a esta pandilla de sabios las benditas cualidades de la Libertad.
Por Prevost