+ Una lucha eterna.
No sé ustedes si alguna vez se han parado a pensar qué estarán haciendo cuando lleguen a la vejez. Yo muchas veces me he perdido en decidir si me retiraría definitivamente a la Ex-Paña profunda, o sin embargo, no estaré aquí para contarlo. Si podría descansar tranquilamente después de una vida entera de alegrías y tristezas, o por el contrario, tendría alguna que otra dificultad de última hora.
Me imagino que Pilar Ruiz, una anciana de más de ochenta años, nunca se imaginó lo que tendría que seguir luchando a su edad. Madre de una víctima de ETA, residente en el País Vasco, sigue peleando día a día por la memoria de su hijo y para que su muerte no sea pisoteada por el gobierno de ZP.
Ella fue la que se acercó a la reunión entre el asesino de Otegui y el traidor de Patxi López, y con rabia, lágrimas y el corazón en la mano, no paró de gritar epítetos muy clarificadores a todo el socialismo español:
“…¡¡traidores!! A mi hijo no lo han matado para que lo traicionéis de esta manera, ¡¡sinvergüenzas!!...”
Debe ser duro que no puedas ni disfrutar de un merecido descanso en los últimos años de tu vida, pero más doloroso será ver cómo el asesinato de los tuyos es pisoteado contínuamente y que se imponga el mandato de los que utilizan las pistolas, el secuestro y la extorsión. Vivir, a fin de cuentas, en una puñetera lucha eterna.
Por Chesk