+ Cónclave liberal en el Ateneo de Madrid (3)
A Pablo Casado siguió Aurelio García de Sola, uno de los vicepresidentes del Club liberal, quien quiso destacar el talón de Aquiles del liberalismo: Su presunta insolidaridad, y por lo tanto, su inviabilidad de cara al electorado. Habló de una carrera, la de la vida, que enfrenta a muchos tipo de personas, con sus particularidades, en la que es lógico que existan las diferencias pero en la que no se puede con calzador igualar por arriba, para que todos obtengan el mismo beneficio, pero sí por abajo. Es decir, una igualdad bien entendida donde la sociedad busque que sus miembros tengan el mejor puesto de salida posible. Según él, igualdad es pilar de libertad y ésta de igualdad, y ambas se conjugan en el conocimiento, siendo la base éste que promueve ambas.
Subió al estrado tras él Ignacio del Rio, actual consejero delegado para Madrid 2012 y al que recordaréis por ser concejal de urbanismo en tiempos de Manzano. El también miembro del Club Liberal volvió a recordar al público y ponentes que el liberalismo se sustenta en el ciudadano, y deben ser los ciudadanos mediante la transversalidad los que impregnen de libertad a los diferentes partidos como va sucediendo con PP, UPD y Ciudadanos. Porque en una sociedad donde existe democracia hay libertad, y viceversa.
Destacó precisamente los principales riesgo a los que se enfrenta la España actual, mencionando por ejemplo al nacionalismo que en base a un colectivo decide restringir las vidas de sus ciudadanos o la representación política que vive de espaldas a estos. Habló de crear un estatuto de libertades y nos dijo que la libertad no es un riesgo, sino que es un seguro generador de riqueza.
Fernando Maura Barandiaran, de UPD, un significado político del País vasco y en sus tiempos miembro del Partido Demócrata Liberal, habló también del nacionalismo y parafraseando a un insigne, afirmó que se había hecho liberal a a fuer de luchar contra los terroristas. Suele ocurrir -no con todo el mundo, y añado yo-, que mucha gente se acerca al liberalismo tras circunstancialmente haber tenido que defender los derechos individuales de unos u otros. Para Maura el liberalismo no puede ser méramente económico y debe afrontar que no se puede vivir mirando a otro lado cuando de marginalidad se trata. Aquí no se explayó demasiado y no sabemos si se refería a la pobreza marginal de la sociedad, o a las sociedades donde no hay política y es todo pobreza. Respecto a España alabó las bondades de UPD, un partido transversal que mira al ciudadano en una democracia como la hispana que no es de personas sino de partidos.
Jose María Montoto Cañas, de Innovación Democrática y Patrono de la Fundación Encuentros en Libertad, quiso centrarse en parte de lo que había sido la discusión inicial, es decir, si se puede poner apellidos a las diferentes familias de liberales (progresistas, conservadores, simpáticos...), afirmando que él no reparte carne de liberal, pero sí lo quita, y recuerda que todos debemos tener muy presente la rivalidad liberalismo vs constructivismo a la hora de comprender las diferentes políticas y aptitudes de los que nos gobiernan, yendo más allá de eso que ha venido en llamarse "talante liberal", y que a mí personalmente me parece un poco una horterada.
Fernando Navarrete, de FAES, dijo cosas interesantes pero yo lo encontré todo algo deslabazado. Y entre que soy medio socialista y yo como muchos españoles sólo me nutro de viñetas y del Jueves, pues me perdí. Yo que tengo a los de FAES en un pedestal, me decepcionó algo. Nadie se lo tome como algo personal, hablo del discurso. Primero navegó a través de la ética y moral, para ir después al grano y preguntarnos qué papel debemos otorgar al estado, papel que pasa ineludiblemente por evitar que existan mayorías tiránicas. El liberalismo es progreso en cuando que produce riqueza a la sociedad y ésa según él debe ser su principal defensa.
También se acercó al papel que los políticos liberales pueden desempeñar dentro del socialismo, y los riesgos que para el liberalismo pueden suponer la actual crisis si se enfoca hacia la redistribución.
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Por Prevost