+ La relativización de lo lógico
En mis habituales paseos por la red he caído en la web de Enric, ese al que se le conoce mejor por Sopena; y realmente he sido absorbido por la emoción, pero a la vez por el terror al comprobar cómo los voceros del Gobierno se atreven a escribir ya sin escrúpulos y sin ruborizarse ni un ápice acerca de la necesidad de la ruptura del sistema, de nuestro sistema, y por lo tanto de todo el Estado con el único fin de su perpetuidad en el poder.
¿Quiénes son ellos, me pregunto yo, para atreverse y tener el valor de decidir y manosear a toda una democracia fraguada con el esfuerzo de todos los españoles en los últimos años? ¿Quiénes son ellos, estos pobres de intelecto para destruir todas las instituciones estatales?
En su último escrito, digno de las glosas más pretéritas, don Enric nos viene a dar una lección, y ya en el título del oscuro y fundamentalista escrito nos habla de la justicia de Fuenteovejuna como símbolo de justicia dentro de una realidad social.
Este señor, este propagandista del PSOE, nos intenta convencer con sus excrecencias mentales que la justicia no es única, sino que debe variar según a quien se juzgue y la situación que se viva en el momento del proceso; por no hablar ya de la forma en que se deben interpretar las leyes, cosa criticable y censurable, pues Enric se echa las manos a la cabeza al tener dos jueces opiniones diferentes y solicitando a la vez que la juez Gallego se inhiba del caso del ácido bórico al discrepar de Garzón.
No voy a entrar en detalles sobre quién es Garzón y quién tiene, en el caso del ácido bórico, competencias para instruirlo, pues son datos obvios y que todos ya conocemos.
Pero lo que sí me llama la atención es la frialdad y la normalidad con la que la izquierda habla ya de la rutptura de todo el sistema, incluido el judicial, para adaptarnos a ETA y a las pretensiones de Zapatero.
Los magistrados están alzando voces, y no es para menos, pues las presiones que reciben por parte del Gobierno no tienen precedentes. ¿Hasta dónde pretende llegar Zapatero?
Y si la justicia no debe ser única, ¿quién marcaría los raseros; quién decidiría acerca de lo que es justo o no; quién sería el responsable de decidir sobre los momentos en que se debe ejercer la potestad jurisdiccional?
Pero la perla intelectual la añade al principio de su panfleto donde nos habla de la justicia de "Fuenteovejuna", la conocida obra de teatro de Lope de Vega, como justicia ideal para los tiempos que corren, pues la reflexión a la que llega don Enric es que lo que es justo es asesinar a nuestros enemigos por doquier, a todos aquellos que se porten mal, siempre y cuando estos sean "señores feudales", como en la obra de Lope.
Tenga cuidado señor Sopena, que ni vivimos en el reinado de los Reyes Católicos ni tampoco en pleno Barroco. Y tenga usted por sabido que a día de hoy los señores feudales españoles ocupan poltronas en la PSOE.
Por Valmont