+ El Antigallardon. (Londres tambien necesita otro Gallardon)
Si tuviera que definir las antipodas de Gallardon, si tuviera que definir la ineficiencia, la inutilidad y el pesimo servicio a los ciudadanos las papeletas irian todas a parar a Ken Livingstone, mas conocido como Red Ken, el inefable alcalde de Londres, la extrema izquierda de la politica britanica.
Londres es sin duda una ciudad particular. Con una renta per capita en el centro tres veces superior a la Europea -la mayor concentracion de riqueza del mundo- la conurbacion Londinense es un inmenso oceano de infravivienda, slum, calles sucias y descuidadas, torres de council flats en estado de abandono y casuchas miserables en estado de semi-ruina, tan extenso como una provincia. Y un transporte publico ineficaz, obsoleto, mugriento e infradimensionado. Esto llama la atencion del europeo continental -sobre todo para el madrileño- acostumbrado a calles amplias y pulcras, un sistema de transporte publico moderno y eficiente, la grandeur de las avenidas y bulevares, fachadas elegantes y limpias.
Londres es tan inmensa y tiene un sistema viario de tiempos de la Reina Victoria, tan atrasado y unfit for purpose que los londinenses se enfrentan todos los dias a larguisimos commutes de horas para desplazarse al centro en unas calles estrechas y culebreras siempre atascadas.
Vds se preguntaran cual es la respuesta del ejecutivo de izquierdas de Livingstone. Mejorar el transporte publico? Hacerlo mas barato, extenso y eficiente? No. La respuesta es extorsionar al automovilista -congestion charge (€12), parking tolls (€6/hr)- hasta que coger el coche es un lujo carisimo solo al alcance de unos pocos priviligiados, y forzar a la gente a utilizar un ruinoso y nauseabundo transporte publico tan sucio que no hay dia que uno coja el metro y se tope con alguna rata (y no me refiero a Ruby) en el anden, o tan ineficiente, que no hay semana que cierren una linea y la gente no pueda regresar a sus casas.
A pesar de los cuantiosos ingresos de esta proteccion sicilana, el transporte publico es terriblemente caro. Un billete de metro a la zona 6 cuesta -mas o menos, no lo se con exactitud- mas de €10. Un billete en el centro €4 1/2. No solo eso, el codicioso alcalde, poco contento con tan pingues beneficios, ha sacado una smart card llamada oyster para exprimir mas al ciudadano. La publicidad dice que "oyster -ostra- protege el dinero del usuario del mismo modo que la ostra protege a la perla", i.e: las tarifas oyster son mas baratas. Mas baratas, no porque hayan bajado los precios a los usuarios de Oyster, no, sino porque han duplicado los precios de las tarifas normales. Menuda forma de proteger el dinero, Dick Turpin o Roldan no lo harian mejor.
El resultado: La vida en Londres es dura. Tan dura, que la clase media britanica ha huido despavorida de la capital y nos hemos refugiado en la hermosa campiña inglesa. Hasta el punto que muchas veces se dice que London is Britain no longer. Para vivir en Londres, hay que ser pobre, inmigrante o millonario. O estar de paso.
En suma, dos modelos completamente opuestos:
El modelo de Red Ken: si la infrastructura de transporte esta saturada hagamosla mas cara, hagamosle la vida imposible al ciudadano para que se vea forzado a quedarse en casa y no pueda utilizarla. Si hay demasiado trafico, extorsionemos al automovilista para forzarle a coger un transporte publico tercermundista.
El modelo de Gallardon y Esperanza Aguirre: si la infrastructura esta saturada mejoremosla. Si el trafico aumenta, construyamos tuneles y autopistas, mejoremos el transporte publico para que el usuario pueda elegir con libertad.
Esa es la diferencia entre dos politicos de centro-derecha dedicados al servicio al ciudadano y otro que se declara de izquierdas, donde "ser de izquierdas" no es mejorar la vida de los trabajadores, sino militar en el antiamericanismo y el antisemitismo.
Piensenlo a la hora de votar mañana.
Dedicado a Prev otra vez mas, para su blog es por Madrid.
Por Lawrence de Eurabia