+ El Manifiesto de las clases medias
La semana pasada me remitió Enrique de Diego estas líneas, luego supongo el libro ya lo tendremos en las librerías, o poco queda:
Te remito varios extractos de mi nuevo libro “El manifiesto de las clases medias”, que se pone a la venta la próxima semana. Pretendo poner a la derecha liberal a la ofensiva después de dos décadas de sesteo intelectual. Es un libro clave en la línea de la rebelión cívica que ya propugné y teoricé en el último capítulo de ‘ZP en el país de las maravillas’. El libro es breve y sintético, para favorecer la estrategia de combate intelectual, y se vende a 8 euros.
Sé que muchos le habéis cogido "cariño" a Enrique por el tema del 11m... Dejad a un lado ese apartado y ojead el libro si tenéis oportunidad, porque cuando se habla de liberalismo o rebelión cívica este hombre merece la pena ser escuchado. Bueno, no os cuento nada nuevo a los que ya habéis escuchado ese programa de radio suyo algo cavernario y crispador de los viernes por la noche llamado El País de las maravillas donde aparezco de vez en cuando. Pego un par de párrafos y disponéis de más material en El Semanal y Minuto digital.
[...] Las clases medias siempre han partido con un hándicap. No han tenido tiempo para disquisiciones retóricas. Se han dedicado a resolver problemas, no a crearlos. Han estado siempre demasiado ocupadas en trabajar, en sacar adelante sus familias, sus profesiones, sus negocios y sus sociedades. Al tiempo, han respetado las buenas intenciones de sus críticos. Han dado por supuestas, aunque no las entendieran, ni compartieran, sus proclamadas altas motivaciones, siempre erigiéndose en representantes y portavoces de los trabajadores, de los desheredados, de los pobres. La proverbial ingenuidad de las clases medias les ha hecho incapaces de sospechar que se trataba, lisa y llanamente, de vivir a su costa, de parasitarlas. Como ellos nunca han querido explotar a los demás, les ha parecido inconcebible que quisieran explotarles a ellos y, mucho menos, que para ello pudiera utilizarse la moral como subterfugio.
Además, los miembros de las clases medias, partidarios de la racionalidad y la ilustración, tendieron a respetar ese discurso hegemónico que, desde la catedocracia se aventaba de continuo, con el que se les acusaba de la responsabilidad de cuantos males sucedían en el mundo y de cuantas injusticias quedaban sin resolver. Al fin y al cabo, la idea más cara a la izquierda, la más originaria es que el burgués es, por definición asesinable, e incluso que el homicidio en masa formaba parte del sentido de la historia. Ahora los socialistas estaban dispuestos a acomodarse y a revestirse con los ropajes del perdonavidas.
El Manifiesto de las clases medias
Enrique de Diego
8 Euros, editorial Rambla
Por Prevost