+ La reforma que España necesita
La victoria de Sarkozy en Francia augura grandes cambios y nuevos tiempos con algo de aire fresco en la política europea.
La izquierda, temerosa y echándose las manos a la cabeza, refleja lo que ya se avecina, que no es más que tiempos de progreso y prosperidad. Justo lo que necesita este continente últimamente instalado en la amoralidad constante y sin un discurso digno de su existencia.
Todo ello causa parcial de la izquierda que, a través de los años e instalada en lo único que sabe hacer bien -la propaganda- ha hecho creer que valores como el orden, la autoridad y la legalidad eran símbolos de un pasado rancio, oscuro y obsoleto. A cambio nos han aportado desorden social, fracaso escolar y cesiones ante el terrorismo; todo ello vendido como grandes avances para nuestras democracias.
Francia hoy ha dejado a un lado el chuminismo de Chirac y el zapaterismo de Royal para avanzar hacia grandes cambios para su país, pero con el terreno marcado por aquellos valores que una sociedad nunca debe abandonar. Y lo que es más importante, lo hacen sin avergonzarse de ello.
Con la victoria de hoy da la impresión de que la izquierda pierde fuelle. Nos damos cuenta de que el discurso vacío del gratis total no lleva a ninguna parte. Que es pura farsa. Y de que todos aquellos que lo practican no son más que farsantes que utilizan las instituciones para cubrir sus necesidades extra.
España necesita una reforma. Una reforma como la que hoy ha llevado a cabo Francia. No podemos permitir que nuestro presidente sea el enemigo público número uno y que, entre pactos secretos, haya vuelto a colarnos otro gol a los demócratas dejando a Batasuna presentarse a las elecciones para que nosotros, los ciudadanos de a pie, paguemos a nuestros propios verdugos.
No podemos permitir que con la victoria de hoy de Sarkozy y dado el sectarismo de nuestro presidente nos encontremos ahora solos en el mundo, abandonados a una Alianza de civilizaciones cuyo único socio es Turquía, un país que vive días convulsos en la política por su radicalización hacia el islamismo.
Debemos pensar quiénes éramos, quienes somos y quienes queremos ser. Los españoles necesitan que se les devuelva el orgullo de serlo, como hoy ha pronunciado Sarko en referencia a Francia. Por ello el mandato del odio y el enfrentamiento de Zapatero se ha agotado.
Auguro, muy pronto, un "Au revoir ZP" que traerá tiempos de cambio.
Por Valmont