+ Inmoralidad de financiación pública del consumo
Hace unos días traje al blog un estudio sobre el fracaso del Estado en la lucha contra las drogas y argumentaba, sucintamente, porqué el Estado ha fracasado en esta cuestión. Me vi en una conversación con otro blogger que había comentado la entrada, en su propio blog, que llegó al punto en el que me planteó la siguiente pregunta:
¿Y por qué es inmoral financiar el consumo de unos pocos con el dinero de todos?
Fuente
Obviamente era una pregunta importante que no podía responder sucintamente en comentarios en un blog, así que prometí responder aquí y así lo voy a hacer:
La inmoralidad de la financiación pública del consumo de drogas se deriva de dos acciones:
1) Resulta obvio que todos los recursos del Estado son detraidos, a su vez, de otras personas mediante la coacción o la violencia. Esto es, que son bienes robados. Y no hay ningún uso legítimo para bienes adquiridos ilegítimamente. El dinero robado no puede ser, en ningún caso, legitimado moralmente por un uso que coincida con un fin subjetivo. O dicho de otro modo, si para conseguir un fin moral debemos recurrir a una inmoralidad el fin se ve manchado por los medios.
Imaginemos que es moralmente aceptable financiar el consumo de drogas de los toxicómanos y, para ello, en lugar de recurrir a la caridad mediante la apertura de una suscripción pública y voluntaria, el Estado recurre a los impuestos, robando o amenazando, para conseguir fondos. Resultaría que el fin último se estaría prestando mediante la realización de actos profundamente inmorales.
2) También es evidente, y no hace falta demostrarlo, que todos los ciudadanos deben ser igualmente considerados por las leyes. No hay otra ley que la general, porque las leyes particulares son privilegios. Los privilegios para uqe una casta -sea la que sea- viva a costa de la mayoría son injustos e inmorales. Establecerlos es, necesariamente, discriminar a las personas en su tratamiento por las leyes por concepciones subjetivas.
Si los toxicómanos tienen derecho a que se les financie eso significa discriminar a todos aquellos que también pueden ser financiados en su consumo, ¿por qué unos sí, y otros no? La respuesta última a esta pregunta es que unos lo merecen más porque se ajustan a un criterio subjetivo que no es susceptible de ser razonado, sino de ser impuesto mediante la fuerza.
Dejando de lado los efectos de tal medida, en la creación de una masa burocrática que parasitaría a todos y en el aumento de la demanda. Lo más obvio es que es repugnante pretender que es moralmente aceptable. Resulta inmoral reconocer para unos derechos que no está dispuesto a reconocer para los demás. Especialmente derechos humanos como la propiedad o la libertad.
En definitiva la inmoralidad de financiar el consumo mediante gasto público es tan sencilla que podemos verla en un ejemplo sencillo. Aceptemos un supuesto verdaderamente moral y noble, ¿alguién puede imaginarse a la Madre Teresa de Calcuta robando a ancianas para financiar sus centros de asistencia?
Por Maestre de Campo