Las noticias de las siete son siempre para mí un trago desagradable. Más de una vez el café se me ha ido por otro lado al verlas o he tosido con el humo del cigarro. Esta mañana mientras estaba desayunando me he enterado de lo ocurrido a Leo Bassi acá en España. Los medios de comunicación progres lo están difundiendo a toda velocidad sin escatimar esfuerzos: Un empleado del teatro Alfil de Madrid ha encontrado esta noche, hacia las 21.30, un artefacto explosivo, activado con mecha de efecto retardado encendida, y que estaba colocado a tan sólo tres metros del camerino del artista italiano Leo Bassi, que representa la obra La Revelación, que se ha cobrado las críticas y amenazas de grupos de extrema derecha y ultracatólicos, que le acusan de burlarse en su espectáculo de la religión católica.
Supe de todo lo ocurrido por la obra de este señor gracias a cierto foro donde de vez en cuando pululan ciertas personas que no son de mi agrado. No obstante, si entramos en la página web del artista podemos hacernos una idea del por qué de tanto revuelo:
Durante el espectáculo hablo de Cristo y de mi profundo respeto por su mensaje de amor, justicia social y pacifismo. Pero yo hablo de Jesús como hombre- que por cirerto, de su talla han existido otros en la histosia-, y mi racionalismo no me permite verlo como Dios.La verdadera provocación de mi espectáculo es mi declaración de principios cuando anuncio que mi intención es" hacer perder la Fe al público".y al final, para los católicos pongo a su disposición unas solicitudes de apostasía y claramente digo que si he sido convincente y si lo desean, pueden rellenarlas y enviarlas.
El objetivo de la obra es hacer apostasía del catolicismo...Cabe decir antes de nada, que condeno de la manera más enérgica el uso de la violencia ante cualquier ataque a la fe de un colectivo, pero seguramente si al señor Bassi se le ocurriese irse a Arabia Saudí a hacer una obra cuyo fin es repartir papelitos para hacer apostasía del islam, me imagino que ahora mismo estaría hecho trocitos y colgado del palo mayor del reino. Es como el caso de nuestro amado Zerolo, que ha mostrado su furia, cólera e indignación porque en Ceuta ridiculicen a los fanáticos que quemaron embajadas por las caricaturas, mientras que él salió a la calle por el día del orgullo gay ridiculizando a los obispos. No estaría de más, que se instalara el sentido común en nuestra sociedad. Que ciertos esperpentos dejaran de actuar bajo una doble moral, en la que se entiende que el desearnos el holocausto a los europeos es culpa nuestra y el que pongan una bomba a un artista es culpa de ellos. Aquí, el enemigo, es el intransigente, el intolerante, el que es incapaz de respetar que otros no opinen como él, independientemente de si reza debajo de una cruz o mirando a la Meca. Aun así, yo deseo que el señor Bassi cambie de fobia y se vaya a Irán a predicar sus teorías laicistas, seguro que allá será más escuchado, recibido y oido que en España.
Por Chesk