+ La dulce sangre de los romanos
En el año 636, el invicto general Khaled-ibn-Walid, la espada de Allah, lanzo su terrible amenaza a aquellos romanos que se negaban a rendirse y someterse al yugo del Islam: “Nosotros somos gentes que beben sangre. Y se nos ha dicho que no hay sangre mas dulce que la de los romanos”.
Estas no eran las palabras de un oscuro fanatico perdido en el desierto cuyos actos van contra su propia fe, son las palabras de un amigo personal y uno de los compañeros mas cercanos del profeta. Vamos, el equivalente a un apostol en el cristianismo.
El apostol de la muerte, el general mas exitoso de la Historia. Nunca derrotado, fue capaz de derrotar y conquistar las dos superpotencias de su tiempo con unas pocas tribus de beduinos piojosos, con la ayuda de una fe ciega que invitaba a la muerte y al martirio.
Esta semana, el lider de Al Qaeda en Iraq, ha vuelto a las raices del Islam, recordando las palabras del compañero del profeta al que le encantaba beber la sangre de los americanos. Toda una vuelta a las raices.
Por Lawrence de Eurabia