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A Hugh le bastaron nueve y todo un calvario para darse de cuenta de lo duro del embarazo y lo bello del alumbramiento. Zapatero veinticuatro meses y porque recorto la cifra para vestirla bonita en esta entrada.

Dos años para percatarse de que estábamos abocados a una crisis. Dos años llamándonos anti-patriotas como si de un franquito cualquiera se tratara apelándoselo a los que solicitaban democracia. Meses y más meses esquivando el problema, escondiendo la cabeza como un avestruz, escupiendo como una llama al todo el que le recordara que los españoles nos estamos yendo al paro. Obviando que los indicadores auguraban lo peor desde hacía tanto, se escabullía como muchos alguna vez hemos hecho, escondiéndonos para evitar lo inevitable, sabiendo que estábamos empeorando la situación si no la afrantábamos de una vez.

El problema aquí radica en que uno puede errar y provocar un dilema, fastidiar su vida o la de dos allegados, pero si la táctica del avestruz la acomete un presidente del gobierno, en nuestro caso hunde la vida de casi 50 millones de personas.

Ya la cagó Zapatero cuando negociando con ETA, sabiendo que iban a atentar, tuvo el despreciable gesto de mentir afirmando que la derecha estaba deseando ETA asesinara. Eso antes incluso del "estaremos mejor..." que como las palabras de Luther ya son mito. En este tiempo la ha vuelto a cagar diciendo que el PP deseaba el derrumbe de nuestra economía.

La gente no es tonta aunque algunos lo parezcan, y sabía que ETA mataría, que no se podía negociar. Como también que una economía débil y despreocupada nos traería el paro y empobrecimiento que llega ahora. El voto del odio en Cataluña le ha dado su segundo mandato por los pelos, como el primero, con mayoría simple. Debe ser por eso nos considera a todos los españoles como esa exigua victoria; algo simples.

Dos años son mucho tiempo Zapatero, ahora no vengas a nosotros fingiendo preocupación.


Por Prevost