+ Nacionalicemos -más- la mente de Little Wyoming
Analizar al Wyoming escribiente de una columna de opinión en Público no tiene mucho interés pero así al menos relleno yo un post. Bueno, podría liarme y nos divertimos un rato porque ahora ya no sólo defiende al eutanasta de Leganés sino que se dedica a descargar su infinita sapiencia sobre la educación en España. Ups, quise decir, Madrid, sí, por Esperanza de la que incluso llega a decir que puede cargarse los colegios en los pueblos pequeños... La aman.
Es de traca que un actor cuyas películas en su mayoría son financiadas con dinero de todos nosotros nos diga que "La voracidad incautadora de la derecha no tiene límites". Lo dirá porque Madrid respeta a la escuela concertada (Wuoming, el que a tí no te permitan quitarle el dinero a Juanito, no quiere decir que Juanito te esté incautando nada), cosa que incluso apoya el candidato socialista, y es de las regiones que más escuelas públicas construye y menos barracones de enseñanza tiene, pregúntale a los catalanes del Tripartit socialiste hombre.
Son más las perlas del licenciado en Medicina, bueno, en realidad es todo tal que un extraño batiburrillo, como "El servicio público tiene como misión procurar bienestar a los ciudadanos, a cualquier precio, incluso, si supone un gasto". ¿Si le pagamos entonces las putas a Revilla se trataría de un servicio público que cumple su misión? ¿Tu cine subvencionado cumplirá también la "misión" no? ¿O los regalos de Zapatero al millonario Roures, tu jefe? Lo de a cualquier precio ya pasa a ser un grotesco chiste que introduce el inefable para rellenar texto.
"Esa España S.L. con la que sueñan los patriotas, tiene ventajas para los adjudicatarios de las empresas, pero muchos inconvenientes para los usuarios"
Claro, ventajas para los "adjudicatarios" son agua, electricidad, pan, coches, casas o play stations más baratas, o empleo, o dinero para tu pensión, o dinero para cubrir educación y sanidad pública. ¡Qué malo era ese sistema del PP que introdujo más economía privada y menos impuestos en la vida de los ciudadanos!
Pero ahora con el sistema Zapatero, el sistema de contentar a los Wyomingues, todo son "convenientes para los usuarios", como el alza de los impuestos, el deficit de las cuentas estatales, las subidad de luz, las subidas de los coches, las casas por las nubes o las hipotecas a la par. Y si algo falla, se regalan licencias de TV a la Sexta, empresas ajenas a la Caixa, o vendemos submarinos de ataque a la dictadura venezolana. Todo un modelo público, oiga, donde comen y follan mejor los socialistas ricos mientras ciudadanos pobres y de clase media se rascan la oreja atónitos.
En fin, no me lío que yo lo que deseaba era destacar algunos comentarios que le realizan lectores del mismo periódico a la par que defensores de lo público y que sí son razonables -o menos sectarizados-, ahí un par:
Cuando se dice que una plaza en la pública es más cara no se refiere a las plazas en pueblos apartados, o alumnos de integración compensatoria, diversificación, etc. Esas plazas son siempre muy caras, y todos aplaudimos el esfuerzo del estado por atenderlas. La plaza pública cara se refiere a en mi barrio, por ejemplo, en el instituto un profesor da clase a 15 alumnos (FP) o menos (he visto clases con 3 alumnos) y en el colegio privado de al lado da al menos a 24 ( si no les cierran). Y ademas, ya sabemos que el profesor de la pública cobra mas y trabaja menos horas. Compara el precio de la plaza de un alumno en la pública y el privada, y déjate de demagogia sosa.
Completamente de acuerdo con el análisis de Wyoming. Pero con una salvedad: las instituciones públicas son fundamentales, esenciales, para la cohesión social, pero un porcentaje demasiado grande de sus trabajadores, los funcionarios, deslegitiman cada día la función pública. Yo, ferviente defensor de lo público, estoy harto de ir a los ministerios y que los funcionarios estén tomando café horas y horas, que por las tardes no abra casi ninguna institución pública y que hagan abuso de sus prerrogativas sociales. Yo, que trabajo de autónomo y que doy trabajo a doce personas, me siento un poco ”pringao” ante el contraste de la vidorra que se pengan los funcionarios a mi costa (moscosos, horarios de lujo, plazas laborales vitalicias al margen de su desempeño, tardes libres, etc., etc., etc.,) y las horas que yo y mis colaboradores tenemos que echar cada día para pagar tantos impuestos y llegar a fin de mes. Sí a lo público, pero concienciado a los servidores públicos de que deben trabajar de la misma manera con la que yo sirvo a mis clientes. Y yo, como contribuyente, soy el cliente de esos servicios públicos que están para cohesionar la sociedad, no para dar privilegios a cuatro listos que por haberse sacado una oposición se creen en posición de ”intocables” y con derechos muy por encima de los que tenemos el resto de trabajadores, cual casta feudal. Y eso no puede seguir siendo así si no queremos dar argumentos a la derecha para que siga desmontando lo público.
Por Prevost