+ Orgulloso de la foto de las Azores
Se estima en cerca de 50 millones de personas las que murieron en la segunda guerra mundial. A día de hoy aún podrás encontrar en foros y prensa quién se cuestione (izquierda y extrema derecha) los desmanes de EEUU y Gran Bretaña, hablamos de Hiroshima olos bombardeos en Dresde, pero no cuestionan aquellos a los que mató Hitler, Stalin y tantos otros del Eje.
¿Mereció la pena luchar contra los nazis si tantos muertos habían de producirse?
¿Erraron Inglaterra o Francia al provocar una guerra mundial por defender a Polonia?
¿Debió USA centrarse en responder sólo a los nipones en vez de ayudar a los aliados en Europa a la vez?
¿Por qué cada muerto en Irak (a manos por cierto no de los yankees sino de los islamistas) convierte según esta izquierda a los aliados en genocidas, pero esta misma izquierda no es genocida por obviar los asesinados antes de la intervención -2 millones- y de los que se continuarían produciendo ahora mismo a manos de Sadam si no se hubiera hecho nada? Una vez más se demuestra la hipocresía de la izquierda, donde los muertos son sólo un número, una excusa, porque no comprenden de Libertad ni vida, pero sí de socialismo, hasta la muerte.
Por estas cuestiones entre otras muchas, hoy más que nunca me siento orgulloso de creer que los Estados Unidos de América y Gran Bretaña hicieron bien llevando sus tropas contra el sátrapa iraquí, y que las decenas de países que los apoyaron más tarde en la reconstrucción, incluida España, hicieron lo que debían.
Es por eso que me enorgullece la foto de las Azores, donde Aznar, Bush y Blair representaron la Libertad, siendo portavoces a su vez de esos países que también les apoyaron como nuestro hermano Portugal, el anfitrión. Son los débiles, caguicas, a los que les averguenza aquello, y por supuesto a la Izquierda heredera del comunismo, experta en agitar y aprovechar cualquier ocasión para arremeter contra las democracias liberales, resaltando las víctimas que provocan los islamistas, y obviando los millones del dictador o los miles de las torres gemelas.
Por Prevost