+ ZP o de cómo actúa un gusarapo (VI)
En días ignominiosos como el de hoy muchos hacen alusión a su españolidad como vergonzosa, pero yo digo que es en días como hoy cuando, más que nunca, debemos aferrarnos a ella para vencer a las sabandijas que desde la administración nos afrentan con suma desvergüenza y gran traición.
Son los socialistas los que continuamente se llenan la boca de libertad, vida y paz. Pero a la vez son ellos mismos los que con clemencia, condolencia y veleidad, tratan, negocian y se rinden ante terroristas usurpadores de libertad, asesinos que con su zarpa roban las vidas ajenas e hijos de puta que crean enfrentamientos entre los españoles mientras se alimentan del sufrimiento de las víctimas.
Hoy Zapatero, cobarde como el que más y escondido tras la siniestra figura de Rubalcaba, nos ha vendido tristemente. Nos ha robado y usurpado un pedazo de libertad, a cambio de la felicidad de un vil y repugnante asesino y su novia meretriz que, en estos momentos, llegan triunfantes a su tierra. Una tierra que por más que les pese y por más que maten y a pesar de todos los Zapateros, sigue siendo nuestra triste España que llora por esta gran desdicha.
Y llegan ahora las reacciones de gente indignada, gente que no comprende lo que está ocurriendo. Gente que esta noche la pasará frente al oscuro y siniestro Ministerio de Rubalcaba donde este, estoy seguro, no dudará en enviar furgones a vigilar, controlar y detener a demócratas que se mueven, que se movilizan para pedir algo simple pero que los absolutistas nunca han entendido. Y esto es su responsabilidad en forma de dimisión.
No nos engañemos, Zapatero no dimitará, pues su enajenación no tiene límites. Y antes de dimitir mandará prender fuego a todo Madrid, emulando la locura de grandeza digna de Nerón.
Pero si hay algo que me haya alegrado en el día de hoy es que han sacado a De Juana en silla de ruedas por el lugar que le corresponde: POR LA PUERTA DESTINADA A LAS BASURAS. Jódete miserable. Mucho euskal presoak, pero es el Gobierno de España el que debe terminar protegiéndote. ¡COBARDE! ¡GUSANO!
Por Valmont