+ El cabreo de Ruth Porta y el PSOespeculador en Morata
Se quejará Zarza, hoy linkeamos al ABC nuevamente. Y ejque en Morata de Tajuña andan a tortas -nuevamente- las familias del suelo socialista, los sindicatos del ladrillo. Todas esas empresas, empresillas y verdaderos emporios de la construcción que habitan en el seno del PSOE y van detrás de cada candidatura. ¿Dije PSOE? No entiendo, visto lo visto, por qué no lo rebautizamos de una vez como el Partido que fue socialista obrero y español, y ahora sólo es Especulador, es decir, PSOespeculador.
En Madrid precisamente es donde más conocidas son las desaveniencias de estos jefecillos en la sombra. Tuvimos el famoso tamayazo de hace unos años donde Ruth Porta pasó de ser una anodina y cabreada diputada regional del PSOEspecu a la más vista y revista por el escándalo de las familias en su partido. Y todo porque se descubrió el pastel, o como lo llame ella; su marido Benedicto. Acaudalado empresario de la construcción metido en varias adjudicaciones de ayuntamientos de su mujer. Claro, ahí quedó la cosa. En las consecuentes elecciones Esperanza barrió si cabe con más fuerza con el empuje definitivo que los madrileños le dieron al PP ante la tamaña trama y sirvengonzonería cementera de Simancas, Porta, o el multimillonario portavoz de IU.
Con esos antecedentes no es de extrañar la convuelsión del PSOespecu en los asuntos de Morata, donde su alcaldesa se ha ido del partido, su partido a la vez reclama el cese de las construcciones, y ahora nos enteramos de que la alcaldesa rechazó licitar el proyecto de Benedicto, el marido de Porta. Pero claro, para la adinerada socialista, nuestra Porta, todo esto es una "película del PP".
A mí todo esto me recuerda a Marbella, y esos años dorados de la opositora socialista denunciando a Gil en Crónicas marcianas, para pasar al mangoneo y pelotazo en cuanto gobernó. Esta vez Ruth Porta o Simancas no disponen de Crónicas marranas para su asalto al poder y al ladrillo, al ayuntamento gobernado por ellos mismos. Ciertamente el PSOEspeculador deberá trabajar mejor si desea mandar el cemento a donde quiere, los ciudadanos prefieren incluso a un alcalde zanjero como Gallardón que a una piara de mangantes que se dicen "socialistas" mientras engrosan sus cuentas bancarias con los frutos del ladrillo y los impuestos del ciudadano.
Que sí Burgos, que sí, somos ciudanecios, lo admito, pero para impedir la llegada de nuevos Napoleones, hemos de ser revolucionarios.
Por Prevost