+ Siempre ellos
Me preguntaba cuándo, en qué aviones, me preguntaba si sería en alguno que yo tomara, o en uno que yo perdiera. O que tomara o perdiera alguien querido, o conocido. Aunque no me preguntaba por qué. El por qué ya lo sé . Era cuestión de tiempo que llegara la alerta terrorista en la aviación, concretamente en Heathrow, la sed de sangre que no ha descansado ni un minuto.
Me pregunto ahora si todas esas personas, hombres, mujeres y niños que iban a servir de pasta masacrada en honor de Allah, o todos esos gilipollas que te encuentras en los aeropuertos con la risilla incrédula en la cara quejándose del coñazo que les dan los agentes de seguridad, piensan a menudo en el mar de injusticia universal o captan el odio básico del fanatismo islámico. Porque una de dos.
Y me pregunto cuando llegará ese momento, que ya procurarán que sea violento, en que Europa despierte y diga se acabó, todos estos fuera, vayan a volarse los huevos en solitario.
Porque de momento y sin novedad, siguen llegando futuros jihadistas a puñados, y ya sea cruzando fronteras, o también, como lo hicieron estos, naciendo a frenético ritmo en nuestros europeos, democráticos y tolerantes paritorios.
Por Cruzcampo