+ Perros silentes
Corren tiempos bélicos contra el terrorismo islamista, pero también en España corren tiempos de cambio en lo que se refiere a las patéticas posturas de la izquierda. La de hace dos años y la de hoy.
Se van a enviar tropas al Líbano y Rajoy debe apoyar al Gobierno en esta importante misión.
Yo no creo que los soldados sean enfermeras, ni misioneros ni transportistas de logística. Los soldados son individuos entrenados para defender a su Estado correspondiente. Están preparados para abrir fuego y con licencia para matar. Y le pese a quien le pese, los soldados matan. Matan para defendernos del grave peligro que suponen los terroristas fundamentalistas que en esos lares se encuentran. Y al que no le guste, que se tape los ojos y se suscriba a Intermón Oxfman.
Pero a pesar de ello zETAp debe seguir unos pasos y mojarse. Quiero que comparezca ante el Congreso y nos explique a todos los españoles que va a enviar un contingente de tropas a una guerra real y que existe el riesgo de que mueran en ella. Pero no quiero que me lo explique un ministro ni un secretario de Estado; quiero que me lo explique él. ¿Y por qué él? Primero porque en él recae la responsabilidad, pues es el presidente.
Pero en segundo lugar porque me quiero regocijar sobre sus propias miserias, pues él era uno de los que ladraba rencor por las esquinas, sí sí, no os ofendáis porque es cierto. Él es el que convocaba aquellas cataratas de gente inhumana cuyo único menester era el de salir a la calle a arrasar todo lo que se encontraban por delante, comportándose como cualquier terrorista callejero y con actitudes más bélicas que la propia guerra de la que se supone estaban en contra.
¿Dónde están ahora los que tanto chillaban? Quizás ahora nos sorprendan con una estelar aparición, a lo Nunca Máis, explicando que el conflicto del Líbano es culpa de Aznar. Estos son capaces de todo por defender a la secta.
Por entonces enviamos tropas en misión humanitaria, bajo el amparo de la ONU y tras la intervención armada basada en la resolución 1441. Recordatorio para todos aquellos que dicen que se enviaban tropas sin el amparo de nadie.
Una vez llegado Zapatero al poder, rompe su promesa de espera a que la ONU aprobara una resolución, pues afirmó que tenía informaciones verídicas de que finalmente no se aprobaría nada. Retiró a las tropas de forma cobarde y miserable convirtiéndonos en un socio débil y de poco fiar; y semanas después se aprueba la resolución 1551, por la que insta a los Estados Miembros a enviar tropas para asegurar la pacificación de la zona.
Lo más repulsivo es que Zapatero firma esa resolución comprometiendo a España con esa pacificación, pero ya había retirado las tropas. Zapatero se pasó a la ONU por el arco de triunfo prevaleciendo únicamente los dictámenes de Pepiño Blanco.
Ahora también existe el amparo de la Naciones Unidas, pero con la diferencia de que no enviamos a los soldados para montar una tienda de campaña y regalar camisetas del Real Madrid a los chicos, sino que los enviamos para desarmar a Hezbulá. Los enviamos a un fuego cruzado y a una guerra verídica y real. ¿Pero saben lo más grave? Mientras Aznar dio todo tipo de explicaciones en el Congreso, sometiéndose incluso a una votación secreta; Zapatero calla, se esconde bajo ese paraguas de paz que no son sólo más que apariencias simplistas de poca monta.
Creo que los españoles nos merecemos una explicación. Ya sabemos que el presidente está muy cansado y sólo tiene ganas de tomar aviones para ir de compras, pero si no nos explica por qué se envían tropas al Líbano, a lo mejor nos da por cercar Ferraz. ¿Quién sabe?
Por Valmont