+ "Él fue parte de mi vida" De Kampusch, Estocolmo y los totalitarios
Quizá lleve todo el verano empapado de cine bélico y por eso me salte a la cabeza demasiadas veces la segunda guerra mundial y todo lo relacionado con ella. En ésas que al leer la primera declaración de calado de Kampusch, la niña secuestrada durante ocho años, afirmando que "él fue parte de mi vida", de inmediato he pensado en los pueblos "sometidos" a regímenes totalitarios. Con regímenes totalitarios (por si hay algún despistado por aquí, seguro) nos solemos referir en este blog a los fascistas, comunistas, islamistas radicales o similares, que limitan y la mayor de las veces acosan, la vida de sus súbditos.
Pese al oscurantismo y censura impuestos en dichas formas de convivencia, siempre hemos tenido datos sobre los habitantes que huyen de dichos países, desde la alemania nazi pre guerra, pasando por la URSS y sus satélites, o las incontables dictaduras de todo signo que se han asentado en américa central, caribe y sur a lo largo del siglo XXI. Quizá de los menos conocidos son los exiliados de regímenes teocráticos, o quizá no los conozcamos porque andan entremezclados con los millones que invaden Occidente en busca de trabajo.
Que por cierto, y haciendo un paréntesis, tras recibir Gustavo de Arístegui las consabidas amenazas de los islamistas radicales, ha lanzado desde su bitácora un mensaje a los moderados, junto con su promesa de rebeldía:
"No podemos permitirles conquistar más espacios a los fanáticos. Los moderados y sus asociaciones en España y en el resto del mundo no han sido suficientemente beligerantes contra la barbarie del yihadismo y ya va siendo hora y de que se den cuenta de que ésta es tanto o más su lucha que la nuestra. Tienen que dar el primer paso ya" [...]
Pero pese a esas cifras, no es menos cierto la casi absoluta concomitancia o al menos abnegación del pueblo con el poder establecido si éste es ejercido y mantenido por la fuerza. Muerto ese régimen, todo son despertares de ideales y pasiones democráticas, pero antes y mientras, ful de Estambul, millones de serviles almas que aclamaban a Hitler, Stalin, Castro y sus primos y hermanos. Ahí tenemos nuestros excepcionales caballeros de la bondad socialistad, mitad de ellos enrolados hace años en la Falange o hijos de papis mudos, como la mayoría de los nuestros. Ahí le dio el otro día Ussía, afirmando que la oposición en los años más duros del franquismo vino dada por dos o tres de izquierdas, como Serrat, y sobre todo por la derecha liberal en publicaciones como la legendaria Codorniz, mientras que gente como Gila, rojos de boquilla, porque en esos tiempos, nasti de plasti.
Descontentos con el gobierno siempre había , aunque como señaló Juan Revel, desde los regímenes democráticos sólo contamos los números de nuestras naciones, libres de censura y con oposiciones, que si lo son de veras, se hacen notar. En cambio en el otro lado de la balanza, se ejerce una doble presión, ora ese síndrome de Estocolmo que hace a muchos fascistas o comunistas exclamar como la niña austriaca eso de "él fue parte de mi vida" , ora la supresión de toda fuerza contraria a los recortes de libertades, ejemplarizada en esa magnífica cita que Revel introdujo, donde Brezhnev le dice esto a un opositor de Indira Gandhi:
"En nuestro país no existen partidos de oposición, porque creemos que una
oposición podría obstaculizar las afectuosas relaciones que unen al Gobierno con
su pueblo".
¡Qué más que eso! La opresión sobre los habitantes transformada en bella relación afecto y libre de toda injerencia opositora, el sueño de todo liberticida. El afecto viene por la manipulación ejercida a las personas desde pequeños, de la concomitancia ideológica, o de una fuerta adhesión a un Dios. Está claro cuál sería hoy en día, porque los católicos hace siglos que olvidamos Malta y a los cruzados.
Y así más o menos entendemos por qué no hay mucho moderado en el Islam, desafectos de Hitler, reformistas (de libertades, no económicos) en los países comunistas, o por qué el PP hace mal en ser tal como es, a día de hoy, el único partido incorfosmista. Con atisbos de servilismo, sí, pero si existe es por la masa social que demandamos libertades en medio de este caos. A veces resultan dramáticos los llamamientos que hacemos los de derechas (vale, o centristas también, o liberal si no te quieres manchar), donde incluso nos tildan de llorones crónicos, pero demostrado está que los regímenes totalitarios deben ser detenidos antes de su establecimiento, da igual el grado de su consecución, o las bondades que atesore. En fin, eso de las bondades da para un libro
¿Que me he alargado demasiado con este post? ¿Algo o mucho incoherente? ¿Por qué narices he tenido que girar al final de la entrada hacia la política expañola? ¿Me vas a allamar facha otra vez? En fin, mi tabajo es chinchar al contrario e intentar abrir un poco los ojos a los de mi cuerda. Hubiera preferido que se pillara antes al raptor de la niña cuando se le detuvo a que ahora esa cria haya estado ocho años amando a su secuestrador.
Por Prevost