+ Playa y peones negros.
El verano, aunque esté todo el mundo en las playas, está dando de sí y provocando que leer la prensa o encender la televisión te proporcione un buen rato de entretenimiento. Por llamarlo de alguna forma. Eso claro, para el que quiera estar informado de lo que ocurre en su alrededor; los que no, seguirán bañandose en el mar, piscina, o de vacaciones en el quinto pimiento ignorantes - y orgullosos de ello- de seguir en la parra mientras todo arde cerca de nosotros. Y tan cerca, que se lo digan a los gallegos.
Nos invade un pasotismo general, en el que todo da igual, o es válido, siempre y cuando podamos continuar nuestra forma de vida, seguir gastándonos nuestros sueldos en pagar el caro ladrillo y endeudarnos hasta las cejas teniendo el coche último modelo o tirar la casa por la ventana el fin de semana.
Y así, más o menos, teniendo estas reflexiones que acabo de escribir cuando daba un pequeño paseo por un pueblecito costero típical spanish, me tropecé con la siguiente información en mi coche:
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No todos aplican el pasotismo como forma de vida. Pequeñas excepciones dan guerra en una sociedad tan anestesiada aunque sea con la forma de la pieza más valiente del ajedrez: un simple peon.
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