+ 50 años de lucha por la Libertad en Hungría
Se cumplen 50 años desde que el pueblo húngaro se levantara contra la dictadura socialista de la URSS en Budapest, y un buén texto de Miguel Torres en ABC:
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Pocos días antes de la insurrección húngara, el 6 de octubre, se había producido en Budapest un acto fúnebre en honor de un héroe nacional, Laszlo Rajk, ejecutado en 1949 por el estalinista Matyas Rakosi. Una manifestación estudiantil se pone en marcha el día 23 con el propósito de entrar en Radio Budapest para leer un manifiesto a favor de la libertad de expresión y de cultos. La Policía dispara contra los estudiantes. Al día siguiente todo el pueblo se lanza a la calle reclamando elecciones libres, independencia económica y restablecimiento de los símbolos y las fiestas nacionales. Las masas lo invaden todo. Diez mil soldados soviéticos entran en Budapest, pero son incapaces de contener a las masas. Cae el primer ministro y jefe del partido comunista húngaro, Erno Gero, y asciende al poder Imre Nagy, purgado poco antes, que se dispone a negociar con Moscú la retirada de las tropas soviéticas, la salida del Pacto de Varsovia y la concesión de una neutralidad para Hungría similar a la que disfrutaba Austria.
La respuesta de Kruschef es la entrada en Budapest de doscientos mil soldados en diecinueve divisiones blindadas. El heroísmo húngaro es brutalmente aplastado. Los jóvenes se lanzan debajo de los carros de combate con botellas de gasolina y con barras de hierro para trabar su marcha. La opinión pública mundial no comprende la inmovilidad de la OTAN ante la bárbara agresión soviética, pero las reglas de la guerra fría -cada una de las partes podía hacer lo que quisiera dentro de su campo de acción- no permitían la intervención. El general Pal Maliter, un héroe nacional que ha asumido la cartera de Defensa con Imre Nagy, marcha al encuentro de los rusos para negociar. Desaparece y es fusilado dos años después. El 4 de noviembre, fecha de la entrada de los blindados soviéticos, marca el comienzo del final de la resistencia, que aún alienta durante una semana. Imre Nagy se refugia en la embajada yugoslava, de la que sale con un salvoconducto que no le sirve para nada. Es detenido por los soviéticos y trasladado a Rumanía, donde también es fusilado en 1958.
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Por Prevost