+ Francia, la Intifada permanente
Si lo llega a saber mesié Chirac, con lo que le va la marcha, se mete de lleno en la guerra de Iraq y se deja de historias. Total, para haberla cagado igual después por tres caricaturas, unos pañuelos, unos inmigrantes que no se adaptan y una intifada... se hubiera ahorrado el mal rollo con su amada y odiada América.
Porque ahora resulta que esta tierra de expertos en acomplejar a España desde siempre, tierra que se creía a salvo de movidas yihadistas, es hoy punto de mira de Al Qaeda , y la Intifada aquella que les prepararon hace poco se les reproduce con vistas a durar eternamente.
Me figuro cuánto echa de menos Chirac esa dulce France donde antes te daban la tabarra emigrantes como Picasso cuando estaba sin un duro, o animaban el cotarro los entrañables plastas de mayo del 68; sin olvidar las interesantes náuseas de Sartre y las filosofadas de mi hermano Gainsbourg de las que ya no se acuerda ni su padre. Y es que la cosa ya no es tan así. Hoy Francia es ese alto porcentaje de musulmanes a los que hay que contentar mirando a la Mecca y contando que lo de Martel fue un malentendido. Musulmanes que no sólo no han puesto muy buena cara a la grandeur, sino que han llevado algunos barrios de las urbes al fervor islamorrevolucionario y al crimen antisemita; barrios donde los imanes llegan del quinto pino y hale, todos y todas vuelta a la Edad Media.
Y pasito a pasito, el país galo, como lo llaman los chorras, acumula marrones al mismo ritmo en que los despacha por la vía de emergencia, acuérdense del presidente, cuando después de condenar a Dinamarca por dibujar musulmanadas, dijo que había concluido su adoración al dios dolar con los moros y no dudaría en usar armamento nuclear si le tocaban las pelotas... Pero, por supuesto que no dudará, ¿alguien ha dudado alguna vez de que Francia dude alguna vez de algo?
No hubo dudas en apoyar el derrocamiento del Sha , ni las hubo para darle un pelotazo al Rainbow Warrior o al atolón de Mururoa; tampoco al pendonear por África pisando con la bota militar mientras los progres les sonreían y a USA le llovía la mierda correspondiente por las guerras del planeta. A ver si no dudamos ahora en contener el cachondeo dramático en que ha derivado la cosa, donde hasta los ginecólogos son inflados a leches ya desde hace tiempo por hacer chequeos a las mujeres musulmanas. Vaya con el país de los no-complejos y de las no-dudas. Amenazado ahora hasta en los pasillos de los hospitales.
Hasta que a alguien se le hinchen las pelotas, que igual ya es tarde para entonces; y además de tarde, puede también la hinchada peloteril, como suele pasar a menudo, venir de la mano del menos adecuado.
Por Cruzcampo