+ Iberia llega a Gibraltar.
Recuerdo un chiste muy malo que me contaban hace tiempo. Era que si eras un español boludo en medio de Londres, y te quedabas sin dinero para volver a España, lo mejor era ponerte a gritar a pleno pulmón "Gibraltar español" y con suerte tenías el viaje de vuelta gratis de la patada en el trasero que te iban a dar por la infame acción.
No me extraña, tenemos que reconocer que los españoles somos proclives a actuar cómo si viviéramos en la amena rue del percebe, pero lo que nos ha pasado los últimos trescientos años con el Peñón ha sido de juzgado de guardia. La única colonia en territorio europeo, robada, como en un vulgar atraco por los piratas ingleses, y los tíos tienen hasta la cara de mandar a un miembro de su familia para celebrar el tricentenario. Y nosotros, como era verano, continuamos tostándonos en la playa y disfrutando de nuestra buena vida; para qué estresarse.
Ahora Londres y su pequeña colonia han cedido.: nos permiten que los vuelos de Iberia aterricen en el aeropuerto de la roca; un aeropuerto construido en un terreno que nos pertenece por historia, pero ellos nos hacen hasta el favor de dejarnos de vez en cuando utilizar su trozo de pista. Eso sí, no sé si nos tocará pagar el mantenimiento de tal disfrute, que todo es posible.
Y nosotros, tan contentos, tan desbordados de emoción por este pequeño detalle que hasta mandamos representación oficial para cubrirlo. Seguro que Bernardino León lloró ayer de la emoción. Sin embargo, Gibraltar seguirá siendo una pequeña espina clavada que nos recordará qué falta de valor hemos tenido ante determinados temas. No supimos defender lo que era nuestro y, encima, el ladrón siempre nos pasa por la cara lo fácil que es tener un territorio robado trescientos años sin que a nadie nos quite el sueño un segundo.
No me extraña, tenemos que reconocer que los españoles somos proclives a actuar cómo si viviéramos en la amena rue del percebe, pero lo que nos ha pasado los últimos trescientos años con el Peñón ha sido de juzgado de guardia. La única colonia en territorio europeo, robada, como en un vulgar atraco por los piratas ingleses, y los tíos tienen hasta la cara de mandar a un miembro de su familia para celebrar el tricentenario. Y nosotros, como era verano, continuamos tostándonos en la playa y disfrutando de nuestra buena vida; para qué estresarse.
Ahora Londres y su pequeña colonia han cedido.: nos permiten que los vuelos de Iberia aterricen en el aeropuerto de la roca; un aeropuerto construido en un terreno que nos pertenece por historia, pero ellos nos hacen hasta el favor de dejarnos de vez en cuando utilizar su trozo de pista. Eso sí, no sé si nos tocará pagar el mantenimiento de tal disfrute, que todo es posible.
Y nosotros, tan contentos, tan desbordados de emoción por este pequeño detalle que hasta mandamos representación oficial para cubrirlo. Seguro que Bernardino León lloró ayer de la emoción. Sin embargo, Gibraltar seguirá siendo una pequeña espina clavada que nos recordará qué falta de valor hemos tenido ante determinados temas. No supimos defender lo que era nuestro y, encima, el ladrón siempre nos pasa por la cara lo fácil que es tener un territorio robado trescientos años sin que a nadie nos quite el sueño un segundo.
Por Chesk