+ No a hay que discriminar, en la Virgen también hay que [editado]

Hace dos años, un tipejo quería estrenar una obra de teatro cuyo original título era el "Me cago en Dios". Blasfemia para los católicos, y tocamiento de moral para el resto de la población; y además, con nuestros impuestos. Pues, como ya saben que estamos en la España de lo políticamente correcto, un etarra ha decidido no discriminar a la Virgen por ser mujer y, en el día de la Inmaculada Concepción, cagarse también en ella en el diario Gara:

No sé qué día es hoy, ni me importa. TotalŠ No sé por qué no trabajáis hoy, pero tomo nota. Igual... Y tomo también en mis manos, como si de papel higiénico se tratara, el calendario hispano-cristiano y acaricio mi esfínter con él después de haberme cagado en la virgen. Pero no confundamos mala educación con necesidades fisioló- gicas tales como la de cagarse en la virgen, sea o no lo defecado una inmaculada concepción.

El "artículo" es más largo, pero me niego a poner el enlace. Con esto, creo que tenemos suficiente para nuestro ardor de estómago.

Me imagino que a nadie le puede sorprender que el entorno etarra, aquel que pega tiros a la espalda e impone el terror a los que no comulgan con sus ideas, pueda escribir estas cosas; son unos asesinos al fin y al cabo. Pero, y la Iglesia vasca ¿qué dice?. Pues lo siguiente:

La Diócesis de San Sebastián sostiene, en la revista del Santuario de Aránzazu, que "en tanto no exista la aceptación en libertad de un nuevo marco jurídico, no podrá hablarse de una normalización de Euskalerría ni de una justa autodeterminación de la ciudadanía vasca"

En alguna parte de los Evangelios se expresa lo de poner la otra mejilla en determinas situaciones, pero no obliga a ofrecerla un millón de veces; la Iglesia vasca, ha apoyado siempre a los terroristas y ha ninguneado el dolor de las víctimas. Ni siquiera se siente ofendida ante un artículo de tal barbarie como el anterior, que lo ignora, mira para el otro lado, y hace como si no hubiese pasado nada.

Ya es hora de que se mojen de una vez y que estén al lado de los que verdaderamente los necesitan; y no son los verdugos, son precisamente sus víctimas.

Por Chesk