+ Año del olvido histórico (3) Muerte de un poeta
[Nota introductoria. Os quiero aclarar -soy Prevost- el que Cruzcampo no tiene acceso estos días a internet, y los posts sobre el año del olvido histórico me los dejó preparados, así que os ruego disculpas en su nombre por no poder responder en los comentarios. Por cierto, para cuando vuelva, están teniendo una gran aceptación, olé Cruzcamper]
Homosexual, escritor, poeta y psicólogo del alma española, García Lorca, olía a marxista. Y si no olía, daba igual, podría ser un degenerado y tal y ya está. Qué importaba. Era por sus obras, decían. Bastaba que alguien lo denunciara, diciendo que era un rojista o comunista para que fueran a buscarlo.
Licenciado en Filosofía y Letras, conocedor del sentir más profundo de la España rural, dicen que fue cercano al pueblo, aunque a mí me da que el pueblo no le conocía de mucho. ¿ O sí?
Sabía pasar de poeta a dramaturgo, escribía canciones, se codeaba con lo mejor de las letras y las artes e incluso viajó a Nueva York, y hasta se mareó en el barco, creo. Cosas de la época.
La Guerra Civil recién comenzada le pilla en Madrid, pero él en ese momento prefiere Granada. Algunas biografías hablan de huída, otras, de traslado. Y algo se barrunta el tío, para ir corriendo a refugiarse en casa de unos falangistas amigos suyos, los Rosales, familia que en todo momento le protege y escuda, pero ni con amigos falangistas, ni con la asistencia del desesperado Manuel de Falla por ayudarle y sacarle de una muerte segura, se libraba un gay sospechoso de rojo en la zona nacional de aquella guerra.
Detenido por milicianos de la CEDA, es encarcelado durante angustiosas horas de llamadas telefónicas, insultos y malos augurios, mientras el sensible poeta dormita, sufre y sueña con cruces negras, esas cruces que cuelgan del pecho de sus captores.
Al cabo de unas horas lo llevan a Sierra Nevada, Lorca, lo sabe, “ No me matéis que creo en la Virgen”, “ Se me han olvidado las plegarias cristianas que me enseñó mi madre” La virgen en la que cree no le ayuda mucho. Lo fusilan al día siguiente, el 19 de agosto, y aún con lágrimas en los ojos, es arrojado con otros desdichados a un barranco llamado Viznar.
La familia hoy, ha vetado el uso político y circo propagandístico de la izquierda, negándose a exhumar los restos del poeta granadino de la fosa común en Víznar, en la que se supone que aún descansan.
Bien hecho.
Por Cruzcampo