+ Boadella en El Mundo: 25 años de nazionalismo.
Jorl. Demasiado para el cuerpo. Amén de mis consabidas faltas ortográficas (unas a sabiendas, otras no) e intrascendetes violaciones gramaticales siento que me estoy vulgarizando mucho, deberé enmendarme. Bueno, que me despisto. Leed este ¿ensayito? sobre la educación en Catalunya a lo largo de 25 años y la consabida penetración del nazionalismo en ella...Tela marinera, lo que contiene trae mucha miga...La educación en Cataluña: 25 años de nacionalismo
Y por supuesto la entrevista que concede Albert Boadella al mismo periódico, El Mundo de Pedro J, suplemento El Cultural, defendiendo al mismísimo Losantos. El enlace es éste, pero es de pago, compis:
Se abre la gabardina, aparece el director de Els Joglars y no queda títere con cabeza: contra las vanguardias -«un genocidio artístico»-, la política -«mi generación quiere ganar ahora la Guerra Civil»- y el nacionalismo no ahorra ácido este viejo 'enfant terrible' con nuevo montaje: un 'Quijote' financiado por la Comunidad de Madrid
QUICO ALSEDO
MADRID.- Más que quijote, eterno pepito grillo este Albert Boadella (Barcelona, 1943) de flequillo perennemente socarrón y cuyo nuevo juguete escénico, En un lugar de Manhattan, amenaza con lograr -otra vez- «cabrear a todo dios».
Después de cargar (toda la vida) contra el teatro subvencionado y (últimamente) contra el IV Centenario del Quijote, va Boadella y monta su versión del clásico -iconoclasta, por supuesto- con dineros públicos, y más concretamente del PP: cofinancia la Comunidad de Madrid de Esperanza Aguirre.
«Yo voy a hacer teatro», aclara muy serio este mago de la polémica que, ojo, no le haría ascos a ser tertuliano con Jiménez Losantos.Lo que oyen. Todo sea por «cabrear a mis conciudadanos».
Pregunta.- Mucha gente espera su foto con Esperanza Aguirre en el estreno, el próximo jueves en el Teatro Albéniz de Madrid.
Respuesta.- Claro, ya lo sé.
P.- ¿La ve quijotesca?
R.- ¿A quién?
P.- A ella.
R,- No, las mujeres no pueden ser nunca quijotes. Son menos obsesivas en sus anhelos, tiene una visión más plural, diversificada. El Quijote no es diversificado: él tiene un objetivo, delirante pero obsesivo.
P.- ¿No le cansa ir siempre contra la corriente?
R.- Yo no voy a contracorriente, yo expreso aquello que siento.Voy contra determinados establishments, pero no contra lo que pìensan millones de ciudadanos. Y ha habido contrapartidas notables, problemas con el poder, pero la calidez del público ha llenado los teatros. Más cansado sería la indiferencia.
P.- Por tocar las narices, ¿se iría de tertuliano con Jiménez Losantos?
R.- Por tocárselas ¿a quién?
P.- En general.
R.- Para cabrear a los catalanes, mañana mismo. Es un gustazo cabrearlos, y en estas cuestiones es tan fácil... No es que tenga coincidencias especiales con él, pero no me parece el demonio que han descrito todos esos portavoces del buenismo...
P.- ¿No cree que su tono aliente el guerravicilismo, como dicen sus detractores?
R.- El defiende sus ideas... Con la lógica de aquél a quien sus conciudadanos le han pegado un tiro en la rodilla. ¡Y no es nada comparado con lo que sería yo si mis conciudadanos me pegan un tiro en las rodillas!
P.- En Cataluña va a sonar fuerte.
R.- Es que en Cataluña venimos haciendo desde hace muchos años, igual 20, un gran ridículo. Y cuando eso sucede, uno no puede quejarse de que aparezcan personajes que amplíen ese ridículo.Pero bueno, no voy a defender yo ahora a Jiménez Losantos, que ya sabe él solito.
P.- ¿Qué opción tenía el PSC para no jugar la carta naZionalista?
R.- Muy fácil. Convocar elecciones y decir: «Yo no puedo gobernar en estas condiciones». Y, posiblemente, les habría dado resultado.Lo mismo que ZP.
P.- Ir siempre contra los poderes fácticos, ¿no le acaba convirtiendo a uno en poder fáctico también?
R.- Quizá, pero eso hicieron mis antepasados en el oficio. Molière, por ejemplo, e imagino que Aristófanes. Así son las cosas: la gente esperaba que ellos cargaran contra el poder, y eso me sucede a mí.
P.- ¿Qué opina del Premio Nacional de Teatro a Animalario?
R.- No he visto nada de ellos, pero me parece muy bien que premien a gente que no son cortesanos.
P.- Venda un poco En un lugar de Manhattan, ¿no?
R.- Para que la gente se haga idea de lo minucioso del trabajo, hicimos 32 ensayos generales, cuando usualmente se hacen dos, si se hacen.
P.- ¿Cómo se cocina eso?
R.- Es un procedimiento monástico, porque el arte es el paso del tiempo: lo que te gustaba hace 15 días, en tres meses es una memez. El problema del arte actual es el tiempo.
P.- Tampoco deja títere con cabeza en ese terreno.
R.- Es que todo se hace tan espontáneamente, la gente no ha empleado nada de tiempo... La obra está hecha a veces en minutos.
P.- Habrá excepciones, ¿no?
R.- Muy pocas, las vanguardias han sido un genocidio. Si Bin Laden hubiera destruido ARCO, sin víctimas, sería un gran favor a la Humanidad. Es una corriente iconoclasta genocida. Ha acabado con la pintura auténtica. Hoy, sin ir más lejos, no hay pintores, hay gansadas.
P.- Y usted, siempre cargando contra la cultura oficial, y hace un Quijote con dinero del PP.
R.- Contra las memeces, voy a hacer teatro. Luego igual dicen: «Pues vaya gansada». Ahí está el riesgo. Muchos han vertido en el Quijote sus manías, sus terapias, a costa de Cervantes y del contribuyente. Ahora vengo yo, a hacer teatro.
P.- Ha dicho que España, hoy, pasa del Quijote
R.- Efectivamente.
P.- ¿Y ZP aprobando los matrimonios homosexuales?
R.- Es electoralismo. En todo caso, Aznar, llevando a este país a Irak para tener la foto de las Azores en la mesilla. ¡Eso sí es delirio!
P.- Usted, que tiene familia en Francia: ¿qué está sucediendo?
R.- Es una crisis de autoridad, que no de autoritarismo. Francia es el país que inventó los derechos humanos, pero también un país rococó, así que han rizado el rizo. Mi generación tiene un complejo con el pasado, y hemos querido romper todos los vínculos.Y es una memez. Desaparecen los referentes.
P.- Lleva usted ya años muy ácido con sus contemporáneos.
R.- No, con la pseudorrevolución de Mayo del 68: nunca tan pocos motivos hicieron tanto ruido. En España, los teníamos todos, pero permanecimos en silencio. Y los franceses, que no tenían ninguno, van y...
P.- Hoy la lectura es que fue una revuelta burguesa e individualista...
R.- Fue un movimiento de chicos bien alimentados, producto de la buena alimentación. Y como esta generación no fue capaz de terminar con el franquismo y Franco murió en la cama, hemos querido ganar la Guerra Civil ahora.
P.- ¿Es para tanto?
R.- Nos hemos querido apuntar méritos que no tenemos. Fuimos demasiado felices para liquidar el franquismo, que estaba muy deteriorado. Pero ese empujoncito no se lo pudimos dar porque nos lo pasábamos demasiado bien.
P.- Usted dice que fue nacionalista tiempo ha: ¿qué se siente?
R.- Es explotar los bajos sentimientos, lo mismo que pertenecer a un equipo de fútbol: «El mío es el mejor, los otros son unos cabrones». Funciona sólo en contra de algo, nunca aporta. En función de un enemigo exterior, es irracional.
P.- Pero no siempre es nocivo...
R.- Generalmente, sí. Puede promover un sentido de comunidad, pero las contrapartidas siempre son negativas. Por ejemplo, ya ves cómo terminó el nacionalismo alemán después de la depresión del 29.
P.- ¿A quién vota su público?
R.- En los 80, a la izquierda. Hoy a todo el arco parlamentario, creo yo.
P.- Muy crítico, pero parece usted muy feliz, ¿no?
R.- Sí, he sido muy feliz haciendo teatro utópico, es lo que más fastidia a mis adversarios. Dicen: «¡Y encima vive de puta madre!». Pues sí.
Por Prevost