+ Del nacionalcatolicismo al feminismo barato.
No sé a vosotros, pero a mí, en días como hoy dónde la actualidad informativa está cubierta con una única noticia, me apetece evadirme y pensar en otros temas, otros asuntos, y ya pensaré mañana las consecuencias de todo lo ocurrido hoy. Fue una lección que aprendí de cierta película muy famosa de mil novecientos treinta y nueve cuya protagonista afirmaba eso de..."Ya lo pensaré mañana".
Igual que ayer os comentaba lo que había ocurrido acerca de la regiliosidad en Ex-Paña en los últimos sesenta años, hoy, me he encontrado que ha pasado lo mismo con la figura de la mujer y con la implantación de ese feminismo de salón, barato, cutre, casposo e intolerante ¡Y eso lo digo yo que soy una mujer! Fíjaros lo que nos trae Pérez Reverte en el Semanal de esta semana:
También está mal visto tocarles el culo a las señoras, incluida la propia. Hace unos días, las feministas galopantes se subieron por las paredes a causa de un anuncio publicado en la prensa –«La puerta de atrás del cine», decía el texto– donde una foto de espaldas de la pareja formada por un presentador y una actriz, posando frente a los fotógrafos, mostraba la mano de él situada sobre el trasero de ella.
Según las feministas, y El País que ha retirado el anuncio por ofensivo hacia la mujer, que un hombre bajo el consentimiento de una mujer , su pareja, toque las posadoras de ésta, es un acto vejatorio para las feminas ya que nos convierte en simples objetos sexuales.
¿En qué quedamos? Es la misma opinión que podía tener un cura de sotana de los años cuarenta en la Ex-Paña profunda, y el mismo meter las narices en la vida privada de las personas. Ahora, sólo les falta prohibir el sexo bajo la excusa de que somos nosotras las que parimos.
Eso sí, cuando una mujer es lapidada en algún país islámico estos elementos callan, omiten y bajan la cabeza. Harta es poco, estos colectivos les mueve más el odio que la razón, y no creo que debamos permitir que inculquen esos resentimientos al resto de la sociedad.
Hasta aquí hemos llegado.
Por Chesk