+ El Jardín de las Víboras...Algo de Campmany: Una cena del Cavia
Anda que no me estoy riendo ni ná. Y es que ando releyendo este librito de Don Jaime. Anoche me preguntaba por qué Espasa no lo publica en Red, en forma de blog. Sus capítulos son como posts cortos, y llenos de enjundia. Además de favorecer que se extendiera el gran legado de Campmany, seguro que vendían más books, que es su Ley.
Pero vamos al grano, os copio uno de ellos. Podría elegir cualquier otro, ayer me destornillaba leyendo la nana que dedicó a la hija de la Preysler, la madame de "Villa-Meona", en fin, que este libro, vale su peso en oro, vamos con ello:
UNA CENA DEL "CAVIA"
Era la primavera del noventa y cinco. Se celebraba en Prensa Española la cena del Cavia del año 1994, que lo había ganado Octavio Paz. Había presidido el jurado el poeta catalán Pere Gimferrer, académico de la Española. Presidía la cena y la entrega de premios Su Majestad la Reina Doña Sofía.
Cerca de mi puesto en la mesa se sentaba Alfonso Ussía. LLegada la hora de los discursos, hacía uso -y lato- de la palabra el presidente del jurado. Pere Gimferrer tiene aire de poeta romántico francés. Gasta unas gafas redondas, algunos mechones de pelo le caen sobre la frente y a veces se queda pálido, que no parece sino que hubiese tomado láudano. Hablaba el poeta y académico catalán y no terminaba. En el folletito que nos habían dado con el texto de los artículos premiados, escribí una cuarteta y se la pasé a Ussía, y ahí empezó un correo en verso que no me resisto a transcribir.
De Campmany a Ussía.
Sé que la "inmersión" te hiere,
y es lógico que te hiera,
pero recuerda que "Pere"
debe pronunciarse "Pera".
De Ussía a Campmany.
Reconozco que me hiere
e incluso me desespera
que se escriba "Pere", y "Pere"
deba pronunciarse "Pera".
De Campmany a Ussía.
No hay explicación alguna,
mas si se trata de "Pera",
yo voy a hacerme una
corriendo y a la carrera.
De Ussía a Campmany.
El "Pera" que greñas peina
tiene la palabra sabia,
pero si habla más, la Reina
no vuelve a venir al "Cavia".
De Campmany a Ussía.
Aunque simule su empeño,
es simulación en balde,
¡Mira que cara de sueño
está poniendo el alcalde!
De Ussía a Campmany.
La naúsea me reconoce
porque Luis Luca de Tena
-que es el que frente a mí come-
habla con la boca llena.
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