+ No smoking, Dragó o Marías

No fumar, ni siquiera al aire libre en España. Fernando Sánchez Dragó se apunta a la ley antitabaco, pero no cree en ella, matiza los puntos del manifiesto de no fumadores punto org y nos ofrece en su blog, ocho más muy interesantes para el alucine y flipe de los que sí fuman.
El Caballero del Escarabajo y de la Alianza de Civilizaciones Soria –Oriente está hasta los cataplines de humaredas. Ojo, de tabaco, no de ...otras cosas.

1. La ley es pastelera, como todas las de quienes nos gobiernan, ahora y antes. No sirve para nada. Tendrían que prohibir fumar en TODOS los lugares públicos, habida cuenta de que el 99,99% de los establecimientos de comidas y bebidas del país no llegan a los 100m2 de superficie.

2. Pasteleros son también, los ocho meses que se dan de plazo a los locales más grandes. Para levantar una barrera eficaz sobra con una semana.

3. España no es un estado de derecho sino un estado de derechos. En ella, las leyes no se cumplen. Ni siquiera se aplican las sentencias del Supremo.

4. Es necesario que los no fumadores abandonemos el estado de sumisión respecto a fumadores y boicoteemos, haciéndolo saber así de modo explícito, todos los bares, restaurantes y tabernas en las que se permita fumar. Sólo así comprenderán sus propietarios que es más rentable prohibir el humo que tolerarlo. Somos más.

5. Llamo también a que se ejerza el derecho, en este caso sacrosanto, de denuncia inmediata, en la medida de lo posible, del infractor de la nueva ley. Yo ya lo hago.

6. Soy incluso partidario de que se prohíba fumar al aire libre, tal y como ya se hace en California y pronto se hará en Washington. Yo detecto el humo en la Gran vía de Madrid a 100 metros de distancia. Y ya no voy a los toros por culpa de los malditos puros.

7. No me gusta prohibir nada, pero es una cuestión moral. La única droga existente que hace daño al no usuario es el tabaco. De modo que fumen los fumadores entre ellos, en sus casas y en los lugares habilitados al efecto, y déjense de dañar al prójimo que no quiere su mal, si no el bien de todos.

8. Decía Bakunin, fundador del anarquismo, que la libertad de las personas termina donde empieza la libertad del prójimo.

Totalitarismo y ridiculez, dice el escritor Javier Marías, por el lado rebelde protabaquista, porque fuma, y por ello, siente la asfixia del hipercontrol más que la del humo.

Pero la tendencia totalitaria no se detiene aquí, porque no se detiene nunca por sí sola, y ahora veo atónito que, con pretextos varios, el Gobierno y el Congreso (como en lo del fumar, con el insólito acuerdo de todos los partidos) pretenden modificar los horarios de la población española, esto es, sus hábitos y su utilización del tiempo. He visto en la pantalla a un tal Ignacio Buqueras, Presidente de la Comisión Nacional de Horarios, hecho un energúmeno y permitiéndose regañarnos por las horas en que almorzamos, cenamos, vemos la televisión o nos acostamos....

Así que bueno, ha llegado el momento de pensar y hacerse la pregunta, si este fervor regulador y esta pérdida de libertad de hábitos y costumbres no es más que el justo castigo a una sociedad que se pasa la cortesía, la urbanidad, la responsabilidad y el respeto cotidiano al prójimo , por el sitio que ustedes ya conocen, una sociedad que como sostiene Marías, ya no sabe solucionar nada sin llamar a un fulano desconocido que modere, dictamine y dirija el cotarro detrás de la mesa de un despacho.

Por Cruzcampo