+ Cómo ser Peter Pan y encima forrarse.
Es bien sabido que cosechamos en la vida según hacemos, que tenemos lo que hemos fabricado y que somos resultado de los actos que realizamos día a día. No obstante, a veces esto no se cumple a rajatabla, y algunos, tienen un morro que se lo pisan. Leo atónita cómo un joven de veintinueve años (o no tan joven) en yanquilandia se está forrando sólo por llevar más de doce años en la universidad. Sí, cómo leen.
El niño Peter Pan, con su barriguita, con sus arrugas, y su vida a costa de rey sin preocupaciones, se ha convertido en un icono para la juventud universitaria norteamericana, que ven en él otra forma distinta de triunfar. Las compañías de marketing y publicidad a su vez, han visto en Jhonny una forma de hacer dinero fácil, y nuestro querido Peter Pan, ha comprobado lo sencillo que es vivir sin pegar un palo al agua. Todo es maravilloso, todos están contentos, aunque no creo que destilen felicidad esos compañeros de Jhonny que tuvieron que compatibilizar su trabajo y estudios para pagarse una carrera, ni ésos que renunciaron a más de una fiesta para quedarse estudiando en la biblioteca y mucho menos, los que tienen la letra de una hipoteca dando un dolor de cabeza atroz día tras día. Parece ser, que a veces recibes más siendo un irresponsable niñato consentido que siendo un honrado padre trabajador. En fin, a este paso yo me apunto a ser Campanilla, seguro que me va mejor.
Por Chesk