+ Que llega el Imperio rojo
¿Han visto a Prevost hablando de China por ahí abajito? China, China, ese país de tantos proverbios que después de todo ese rollo de filosofía mística que se le atribuye, resulta que no es lo que se dice un oasis de virtudes democráticas, y no hace falta criticarles demasiado, que para ponerse convenientemente rojos y/o amarillos , (con perdón), ya se bastan solos.
Pekín dice que sí, que va a haber cambios, que se va a modernizar, pero ojo, sólo se va a reformar el Partido Comunista, que lo otro, lo de la gente...ya veremos, que se lo pensarán.
Los chinos son tíos listos, currantes, raros, incansables, muy serios. Llenos de secretos y opacidades. No se suelen partir mucho de risa, los hay hasta toreros de los de plaza y traje de luces, y en gastronomía todos conocemos esa tendencia natural china a venir a Occidente para atiborrarnos de glutamato y rollos de primavera de los que allí en su pueblo, pasan pero mucho.
En China se ha impuesto siempre el ateísmo a leches, o casi siempre. Se permite una "Iglesia oficial" y controlada por el Régimen, pero el anticristianismo y la persecución es feroz para los que se salgan del tiesto y quieran ir por libre, aunque luego seguro que no les importa tener a muchos cristianos correteando por libre en las pistas de atletismo de los Juegos Olímpicos.
Su Historia es fascinante y terrible, y hoy día lo fabrican casi todo aunque se rompa y también lo venden casi todo incluido armamento a países como Irán y Arabia Saudita. Su anexionismo es obsesivo y su medicina tradicional basada en hierbas puras y duras, cuidadito, porque según los escarmentados, te puede hacer perder horas muy valiosas en el wc.
Sus movidas medioambientales son épicas. Lo último, una riada de benceno, un compuesto químico de los menos amables del escaparate industrial, altamente peligroso y cancerígeno de órdago a la grande que la empresa Petrochina ha soltado en el río Songhua tras una explosión en la planta de la filial de la petroquímica china CNPC. Agüita amarilla que ya está también de paseo en Rusia mientras la pifia fue ocultada durante días al más puro estilo maoísta y los afectados se cuentan por miles y más miles.
Si el desastre de proporciones catastróficas hubiera ocurrido en Estados Unidos, probablemente alguien habría llamado a la puerta de su casa de ustedes para contárselo y se quedaría debajo de sus camas para recordárselo, pero ha ocurrido en China y además tenemos el alivio de que Petrochina, lo lamenta profundamente. Sufre, incluso. Y ha pedido perdón y todo.
Y ahora ya no se habla mucho de ello, ¿O sí?
Me contaban el otro día que en un suplemento español de revista o de periódico hablaban de China, y revelaban cosas tan trascendentales como lo de los tres euros que te cuesta que la orquesta te toque España cañí en un hotel de Shangai, o la existencia de unas discotecas muy chulas donde ya bailan cantidad y se lo pasan por lo visto muy bien, pues qué bien oye. China va bien.
China despierta, el despertar de China, el Gigante dormido y bla bla bla, son las expresiones que algunos dan para que miremos con sonrisa de bienvenida a esos chinos que se desperezan de algún letargo. Pero bueno oigan, ¿es que se ha dormido China alguna vez? ¿Han visto alguna vez a un chino dormido en alguna parte?
A ver si va a ser Europa la que está roncando. Pues despertemos ya, que algo sabremos hacer mejor que los chinos además quejarnos de todo, porque el gigante de marras sin atenerse a normativas puede ser un palo insoportable frente a un Occidente lleno de regularizaciones, y sólo si se exige juego limpio, servirá para mejorar nuestro mercado y abrir puertas nuevas de negocio, pero si no se exige, entonces servirá para jodernos, al fin y al cabo, unos tíos que inventaron la pólvora, qué quieren que les digamos, pueden hacer estallar lo que se propongan.
Por Cruzcampo