+ La Izquierda y sus consignas: El País y Pim Fortuyn
Pim Fortuyn, el líder holandés que fue asesinado hace relativamente poco, vuelve a estar de actualidad por noticias amarillas que surgen en su país. Y nuestro País, el de Polanco, al que alabé ayer, comete una nueva tropelía con los términos de los que hace uso para describir al político. Copio lo que he leído en Arcadi Espada, que da cumplido repaso de esto, y aquí tenéis el enlace al PIS.
Pero, a mi juicio, lo más relevante de sus convicciones, y es una turbadora paradoja, fue que defendiera, hasta con fiereza, la libertad conquistada en Holanda y en Occidente. Llamarle ultraderechista es pisotear esa convicción y esa libertad. Lo realmente ultraderechista, y contra lo que Fortuyn luchó profundamente, es esta lengua con la que, descontado el ultraderechismo, se da hoy noticia del seguimiento al que fue sometido por los servicios secretos de su país. Los subrayados son muy míos.
"Pero lo más interesante sería lo grabado sobre las escapadas [medítese de qué calor de hogar se escapaba Fortuyn] íntimas del ultraderechista Pim Fortuyn. El que fuera fundador del partido que lleva aún su nombre, Lista Pim Fortuyn, asesinado en 2002 por un ecologista radical, no ocultaba su homosexualidad. Es más, la aireaba en las tertulias televisivas para subrayar que las sociedades tolerantes podían asumir a los gays. Según De Vries, si bien la inclinación sexual del fallecido era pública, los servicios de espionaje poseían "datos muy comprometedores de sus encuentros con jovencitos marroquíes".
La única extrema derecha vigente: la neolengua y el doblepensar.
Añadiros antes de irme, ¡que vaya día!, 3 entradas y lo que nos queda. En el debate de Maria Teresa Campos, Maria Antonia Iglesias...¿Estáis situados verdad? La mismísima MAI ha tildado a Antxo Quintana de hombre con "complejos" que le llevan a reivindicar absurdeces como las anexiones que contempla el borrador de estatuto presentado por el BNG, socio del PSOE en Galicia. Esto no lo ha dicho la derecha "anti-periferia", sino la mismísima Maria Antonia. Tomen nota.
Por Prevost